¡Hola! Mi nombre es complicado de pronunciar. Lo más fácil que se me ha ocurrido para que me podáis llamar es Turdipio. Alguno de los amigos recientes que tengo me han dicho que como publicista no tengo precio. Supongo que es una ironía. Todavía no le tengo pillado el truco a todos los giros del idioma porque vengo de más allá de Lugo: de Ganímedes. Efectivamente, la canción que dice que hay un gallego en la luna es cierta, hasta el día que vayamos a recoger el cadáver de Wakin, que se nos quedó olvidado hace tiempo allí.
Estoy aquí huido porque salí elejido, por azar, como presidente de mi cráter; y eso es algo para lo que no estoy capacitado porque sólo he estado en un par de guerras espaciales: Contra los vendedores de aspiradoras galácticos y contra los testigos de Alfa-Centauri. Fueron guerras feroces en las que hubo millones de reclamaciones a la oficina del consumidor, pero que finalmente ganamos. Nunca tuve valor para pasar la prueba más dura de Ganímedes, que consiste en llamar a una puerta cualquiera y decir "quiero ver las fotos de tu boda, de tus vacaciones y de tu última operación de esfínteres", por eso tuve que venir a este planeta en el que nunca me buscarán porque está catalogado como hostil y supondrán que aquí no duraría ni dos días.
Sobrevivo en este planeta disfrazado de antepasado y eso me sirve para pasar desapercibido. Efectivamente: Argentina, Cuba, México, Portugal, Ermua y Ganímedes fueron colonizadas por mis antepasados hace tiempo, por lo que no me ha resultado difícil mimetizarme con una foto que encontré en un museo ganimediano. Lo más complicado fue encajar mi enorme aparato de pensar mal...resulta que vosotros los tenéis mucho más grande.
Ahora vivo con una amigo que se llama eeeeh (todos le llaman así), que conoce toda mis historia pero que se pasa todo el día fumado. Seguramente si le hubiera dicho que soy un honrado ciudadano que paga todos los impuestos, o que soy Michelle Obama sin maquillar, también se lo habría creído.
Dudo de si las extrañas cosas que me suceden son debidas a que todo el día me da la risa floja, a que no os entiendo bien, o a que me parece que sois raros de narices. El caso es que me suceden cosas algo surrealistas.
No diré que estoy a vuestro servicio porque lo dije la semana pasada y mis amigos me encerraron en el WC de una discoteca, supongo que estábamos en Venecia porque el agua me llegaba por la cintura...ah me dicen que no era Venecia, y que tampoco era agua...cabrones!
Bueno, tras esta breve presentación volveré de vez en cuando por aquí para contaros las peripecias que le pasan a uno de Ganímedes en vuestro surrealista mundo.
Turdipio