Revista Fotografía
Tus cartas llevan nuevo nombre
Publicado el 29 diciembre 2016 por Atom CobaltoComo las nubes de tormenta que van acercándose poco a poco trayendo la lluvia, las cartas que escribías en el cielo y hablaban de mi llevan otro destinatario.
Sonreía en soledad, en el anonimato, cuando escribías sobre la Felicidad, el Deseo, el Amor y el Desamor, sobre las cosas que pasan y cómo las sentimos, de nuestras risas cuando el viento golpeaba nuestra cara en invierno, en la playa. Hablaban de la distancia, de los sabores de las comidas, del tedio de la ausencia y la levedad del ser.
Cartas, pequeños fragmentos, casi insignificantes, que cualquiera podía leer pero sólo dos personas podían entender. Y no hacía falta escribir simples palabras como Amor, cariño o Deseo..estaba implícito en cada coma, en cada suspiro, en cada punto suspensivo. Nos intoxicábamos de amor.
Frases, sensaciones, ideas u opiniones que cualquiera podía leer. Eran públicas, abiertas, pero llevaban mi nombre como destinatario, escrito en tinta invisible pero con olor a violetas.
Si eras feliz lo eras por mi, si te encontrabas solo es porque yo no estaba cerca, si te sentía inspirado era porque mi sonrisa dibujaba arcoiris, si hablas de futuro hablas de nosotros.
Hoy siguen llegando esas cartas pero sin el aroma a violetas. Con el mismo remitente, con las mismas locuras celestiales, con el ímpetud de vivir la vida...pero yo no soy el merecedor de esas palabras.
Y nadie es culpable, ni se rompió nada, ni se desgató algo. Símplementen hay otro destinatario. Porque la vida es tan frágil como la seda. Somos como una veleta que se mece con el viento y, es este viento, el que nos marca el incierto destino.
No somos de nadie, ni siquiera de nosotros mismos. Como las olas de esa playa vacía, queremos alcanzar la Felicidad en ese vaivén que parece que nunca se llegue a la orilla.
Nada ha cambiado. Tal vez sí. Yo te sigo sonriendo con mi sonrisa más bonita mientras lloro por dentro. Porque soy así, muy débil con tu amor. Y no dejaré que una sola lágrima mía borre el texto de tus perfumadas cartas a tu nuevo destinatario, a tu nuevo amor.
Qué duro se hace leer un mensaje oculto que antaño fue para mi y hoy sonríe, en el anonimato, a otra persona que también lo merece.