Cobró consciencia al final. Agotado y sin pena, notó que sus problemas para inspirar ya se habían convertido en imposibilidad, que lo que hasta entonces había sido aire ahora era un liquido irrespirable.
Abrió la boca y los ojos, no se sabe si para tomar un último aliento, o pedir un último auxilio, acaso para decir un último te quiero o pedir un último perdon; y la angustia de sus últimos dias se fue a dar el pésame a los familiares.
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