Revista Diario
Y morí cuando te alejaste, me hiciste cenizas cuando me quemé en la hoguera.
Era una tarde de verano, hacía calor habíamos superado los 32º grados de calor. El sol quemaba demasiado hasta tal punto que picaba en la piel, y no se podía estar en la calle. Donde más me gustaba estar a mi era en tu casa y jugar a que eramos niños correteando por tu habitación, recuerdo que en la chimenea de aquella habitación siempre estaban los libros de lectura, tus favoritos como olvidarme de ellos. Cómo no utilizabas nunca aquella chimenea la hacía servir como una estantería más para tus cosas. Lo más curioso vino después cuando abrí un libro con la tapa azul marino el nombre del libro en dorado y dentro había una nota donde ponía; Los sueños son para alcanzarlos, midas lo que midas. No entendí muy bien la nota hasta que no leí el libro, y entonces lo entendí todo la historia contaba de que era un niño pequeño que tenía muchos sueños, desde ser astronauta, hasta tocar la luna con las manos pero tenía una enfermedad que era que no crecía siempre se quedaba en la misma altura como si fuera un niño de tres años, después de intentar una y otra vez tocar la luna con las manos y saber que no podía se rindió. Su madre una noche cuando vio a su hijo que no paraba de llorar le dijo da igual la estatura que tengas o el numero de calzado que calces lo importante es que tienes sueños dentro del corazón que te hacen ser feliz. El niño en ese instante supo que lo importante no era tener sueños si no alcanzarlos y saber que te pueden hacer feliz. A pesar de todo, a pesar de que el siguió luchando por alcanzar sus sueños y poder tocar la luna al final murió. Y su madre después de unos años, cuando su hijo ya había muerto miro al cielo y dijo: Ves hijo, como al final los sueños se cumplen tu tocando la luna y yo diciéndote que seas feliz allí arriba. Libros, y más libros que se apelotonaban en tu chimenea uno detrás de otro, y que yo nunca terminaba uno porque siempre tenía ganas de leer otros nuevos confieso que no los leí todos, y tampoco los acabe de leer. Me quedé con el final de lo que le dijo la madre a su hijo cuando le vio llorando, y es que al final los sueños se acaban cumpliendo. A la mañana siguiente al despertar te había ido, te llame un par de veces pero no contestabas al móvil ni a los mensajes, fui corriendo al armario lo abrí no quedaba ningún rastro de tu ropa, te alejaste y yo lloré desconsoladamente. Cuando fui a dejar el móvil en la mesita de noche allí estaba ese libro que tanto me gustó de los sueños, y del niño que quería ser astronauta o poder tocar la luna al abrirlo me di cuenta que había una segunda nota, la cual habías escrito tú de tu puño y letra y decía lo siguiente: El niño nunca dejo de luchar por sus sueños porque sabía lo que le hacía feliz, igual yo me he ido a cumplir mis sueños, aunque sean pocos uno ya lo he cumplido y era estar a tu lado toda una noche. Ahora me dirijo a cumplir mi sueños esos que se que algún día me harán feliz.
Con amor.M♥
PD: Da igual cuantos sueños tengas, lo importante es que valgan la pena y te hagan feliz.