la tinta, la nube, cuando la resaca llega furtiva y las engulle, y las arrastra y las golpea estrellándolas en el tintero de algún sueño enmohecido.
La playa se bañará hoy de gente a penas me haya ido, las calles y el asfalto serán abrasados por un sol raído de esperanzas. Y mientras pienso que la vida sigue, perezco en este mismo instante que se cuelga de unos puntos suspensivos En el desván de la mente vuelan páginas numeradas sin ningún orden. En caótica existencia. Entonces ordeno recuerdos y les pongo nombre y etiquetas, y archivo en carpetas la memoria que en vano intenta ávido, devorar el olvido. Pero rebeldes, regresan y se agolpan, y revolotean como hojas muertas que quieren enroscarse a los tobillos abriendo sus puertas intempestivamente a un otoño que se abre de piernas de manera vehemente afilando la tristeza.Lo que a ciencia cierta sé es que todo serán hojas muertas de nuevo,
hojas muertas que si bien recién nacidas, seguirán pegándose a las suelas de los tacones bajo el sempiterno envoltorio de estaciones viejas y ya temidas de tan conocidas, y que mi piel se bañará de nuevo en tu olvido y que la mía volverá a barrer tus besos en bocas de nadie hasta nevarse de inviernos fríos.
Les feuilles mortes, hojas muertas. (Si le dais al enlace aprenderéis a que os gusten tal vez tanto como a mí, al conocer un pelín más su origen y sus versiones, y además está bien traducida al castellano)Yo os dejo mi preferida, en la versión de Montand de este entrañable poema de J. Prévert.