Revista Diario

Últimos días

Publicado el 20 febrero 2011 por Marinero
Despertador 5am, nos comemos un par de plátanos, cogemos las tablas y nos vamos en moto por una solitaria y aún nocturna carretera dirección Uluwatu. Para llegar hay que subir un monte hasta encontrarte al borde del acantilado donde rompe la ola. Una vez allí y con los primeros rayos de Sol, nos encontramos con una izquierda bastante apetecible y con otras 5 personas en el agua. Aquí no pierdes el tiempo ni en ponerte traje o escarpines y ni en quitarte la pereza que te bloquea por el frío. Simplemente echas parafina y al agua así que, decidimos darnos prisa para surfear lo máximo posible antes de que saltara el viento. Efectivamente, 1h30min después entró viento onshore en ese lado de la isla así que salimos del agua a través de la famosa cueva de Uluwatu y salimos en dirección al otro lado de la isla en busca de buen viento. De camino nos tomamos un típico desayuno balines en ¡Dunkin' donuts! y llegamos a otra ola de reef donde nos encontramos con un pico muy divertido que daba para hacer 3maniobras. Esta vez el pico estaba más poblado. Después de 4h de baño salimos a comer en el warung de la playa y nos encontramos con Txema. Comimos, nos sacamos una foto con la dueña del local de despedida y tras descansar unos minutos en la hamaca volvimos rumbo Uluwatu. En el camino paramos por Kuta en busca de la oficina de un fotógrafo que nos había sacado buenas fotos en el segundo baño pero no hubo suerte....un pena no habernos podido llevar buenas fotos de surf. Una vez más, y ya atardeciendo, nos encontramos un Uluwatu sin viento, varios picos que no hacían posible que rompiese una ola larga y continua pero que seguían estando bien. En el acantilado los warung estaban llenos de gente tomando algo y charlando viendo la puesta de sol y en el agua estábamos un buen puñado buscando disfrutar de las últimas olas antes de que se fuese la luz. Salí remando por última vez a través de la cueva, sin duda la entrada al agua más espectacular en la que he estado, y baje a cenar al pueblo pesquero de Jimbaran donde te encuentras con peceras llenas de pescado y marisco vivo, seleccionas tu cena y tomas asiento en unas mesas de madera en la playa ambientado con música en directo, el sonido de las olas golpeando la orilla y la luz tenue de las velas en la noche. En definitiva, Ocho horas y media de surf, sol, calor, dos desayunos, comida típica en el warung, una buena cena y un cuerpo reventadísimo que justo me dió para encaramarme a la moto y dejarme llevar hasta casa. Esa fué la dinámica de los últimos días.Últimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasÚltimos díasSaludos marineros

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