UMDC: 01. Organiza el cumpleaños.

Publicado el 08 marzo 2013 por Jonmcgees


Comienza el día, abro los ojos, apago el despertador –aunque más bien es el móvil- y hago un intento de levantarme. Es curioso porque mi idea al poner el despertador es levantarme cantando, pero no, no suele ocurrir. Me pienso muchas veces el levantarme y vuelvo a cerrar los ojos para dormir, un poco más, antes de que mi padre me llame para ir a clases. Tengo esa suerte –si se le puede llamar así- y mi padre hace de segundo despertador antes de ir a trabajar. A veces me vuelvo a quedar dormido pero suelo llegar bien a clases. Cojo el móvil y miro el Twitter, puede que no pongan nada interesante, puede que sí, realmente es como un hábito que se tiene. Miro todas las novedades, por muy tontas que sean. Desayuno y me visto después. Hay veces que me quedo embobado mirando la televisión cual niño pequeño y por ello acabo teniendo la hora pegada.Después de vestirme –algo normal, es por la mañana y lo que menos me apetece es arreglarme- vuelvo a mirar el móvil y me doy cuenta de que tengo un mensaje en el WhatsApp, una amiga me habla sobre hacerle una fiesta sorpresa a una de mis mejores amigas, Carmen. No sé si decirle que si porque al final acabo por hacer todo el trabajo yo mismo, no es malo porque es para mi mejor amiga y eso importa poco. ¿El problema? Pues que yo recibo poco mérito y acabo de mala manera, tristemente acabo accediendo. Y ahí va, me manda a realizar la lista de invitados, el regalo a pagar entre todos y cosas así. Suspirando le digo que vale, obviamente lo haré después de clases.
Acaban las clases, y nada más llegar a casa, después de comer, recibo otro WhatsApp y curiosamente es un mensaje de mi amiga, María, metiéndome prisa para que empiece a organizar todo. Las cosas deben estar preparadas para el siguiente viernes, es gracioso porque estamos a martes, le digo que haga algo ella pero dice que se le da mal y que eso se me da mejor a mí. Es verdad, se me da mejor esas cosas, pero podría hacer algo. Empiezo pensando nombres y le consulto por si quiere a esos, me quita a gente que no le cae bien a ella y yo le discuto porque no es su cumple, sino el de Carmen, y es a ella a quien le tiene que cae bien, al menos apreciarlos. La lista queda en unas veinte personas, quitando los que no vendrán se quedará en unos doce-quince. Se organiza un evento por Tuenti y ya que digan ellos lo que quieren. Ponemos unos regalos a elegir y que se vote por el dinero que cuesta y demás.
Llega el jueves y por lo que se ve la lista está cerrada. Se queda en cosa de diez personas, menos de lo esperado. Pensamos en comprar el regalo el mismo día de la sorpresa. Quedamos el viernes un poco antes de ir a verla para comprar el regalo. Llegado el viernes, una hora antes de ir empieza a darme el bajón tonto. Sé que me lo voy a pasar bien con ellos pero algo me decía que algo iba a pasar que iba a acabar un poco marginado. No suelo acabar marginado entre mi grupo pero cuando me enfado me aíslo. A veces simplemente no me prestan la atención que yo quiero que me presten, entonces pienso que estoy solo en medio de todo el mundo. Lo que se decía, bajones tontos. Acabo yendo y compramos todo. Llegamos a su casa y llamamos al timbre dónde nos encontramos con ella en pijama –estaba castigada- y recibe su sorpresa. Nos abraza a todos y se viste rápida para salir a dar una vuelta. Acabo por meter la pata cuando me preguntan hasta que hora me voy a quedar, le digo que no tengo hora, como siempre. Deciden ir a una plaza dónde se ponen los amigos de Carmen. La mayoría son skaters y cosas así. Y uno de ellos es el novio de Carmen por lo que se puede imaginar que estará con él. Su novio nunca me ha caído bien, no me da buena espina, quizás no le he dado una oportunidad aún.
Mientras todos se la pasan como locos bebiendo en la plaza, jugando a la botella y demás, yo quedo apartado con otra amiga. No habla mucho, le aprecio mucho pero ese es su problema. Nos quedamos ambos con el móvil y yo comienzo a hablar con un amigo que no pudo venir, Enrique. Tuvo que estudiar o que sabía yo. Veo a lo lejos como todos empiezan a besarse como si no hubiese mañana, el juego parece dar mucho de sí, y me hace gracia porque se besan de una forma extraña. Algunos parecen que acabarán sin ropa ahí mismo, delante de todos, haciendo cosas, cosas de mayores de dieciocho. Me levanto sin avisar y me voy al chino con mi amiga, compramos algún refresco y algo para comer. Nos unimos al juego pero sin jugar. Nos preguntan si vamos a jugar pero negamos, al menos yo lo hago porque al parecer mi amiga acaba por jugar. Tras un tiempo de juego deciden para de jugar y veo que una de mis amigas comienza a ir a peor. Se tambalea y se intenta besar con todo el mundo, al final acaba en el suelo con la mirada ida, todos intentan llevarla a algún sitio pero yo acabo por llamar una ambulancia, me parece que es lo mejor dado que la veo escupir algo por la boca, parece simplemente saliva pero dado que la escupe con demasiada frecuencia dejamos de pensar que lo hace por llamar la atención a que lo hace porque de verdad está en mal estado. Algunos amigos escapan por miedo a que la policía les ponga una multa, no les decimos nada pues tienen razón, algunos son mayores de edad. Cuando la policía llega yo me encuentro hablando con una amiga por teléfono, si, en esos momentos veía que la cosa se le fue de las manos, todos estaban de los nervios y yo necesitaba hablar con una de mis mejores amigas para desahogarme. Necesitaba escuchar sus problemas, sus celos tontos con su novio, sus peleas con sus amigas, o quizás sus éxitos, lo muy bien que le va con el novio. Cosas así.
La ambulancia llega y se la lleva. Escucho como mis amigos mienten sobre lo sucedido. Todos dicen que ella y otro chico eran los únicos que habían bebido por su cuenta, se estaban limpiando el pellejo de una manera descarada. Me dan ganas de entrar y decir lo que había pasado realmente pero tampoco quiero dejarlos mal. No creía que fuese a pasarles algo por decir la verdad pero una vez en el ajo no se podía salir. La meten en la ambulancia y una de mis amigas se acerca a preguntar qué había pasado con la contestación de: “No te importa”. Saben que han mentido y que no les quieren contar la verdad, por tanto con eso deducen que no les importa la vida de la amiga. De todos modos pongo la oreja y escucho como los médicos hablan de un coma etílico. Me pongo las manos en la cabeza, les cuento a los demás. Muchos se sienten culpables, al final optamos por volver al centro y tomar algo. Sentados en la mesa quedábamos unos cuatro, María, Carmen y Carlos. Carlos era un chico bastante majo, sabiendo cómo era aún me preguntaba qué hacía allí, el huía siempre que podía de estos problemas, a él le ibas más pasarlo bien.
Pedimos unas patatas fritas para todos y algo para beber. No sabemos cómo comentar lo sucedido, Carmen se pregunta mil veces como han llegado a eso. Ella no bebe ni ha bebido, debe ser de las pocas personas que estaba allí, jugando a la botella y sin beber. El cumpleaños dentro de lo que cabe había sido bueno, divertido, pero todo no puede acabar bien. Además luego recibimos la noticia de que la chica había sido bulímica y que supuestamente lo tenía superado, quien sabe si es verdad pero el médico notó su estómago un tanto estropeado debido a ello. Nos preocupa más pero ya sabemos que está bien, recuperada.
Cuando María se marcha, Carlos nos comenta que le gustaba ella y que le gustaría empezar con ella. Yo no me atrevo a comentar que a María no le va ese tipo de personas como Carlos, pero es Carmen quien se atreve a hablar de la sexualidad de nuestra amiga. Carlos impactado alza una ceja y tira la toalla. Se acaba yendo a casa porque se hace tarde y bueno, todos nos recogemos. Cuando estoy llegando a casa un pequeño escalofrío me recorre todo el cuerpo, noto como alguien me está siguiendo. Un coche se para, aparca lentamente cerca de mí. Me quedo mirando pero era una falsa alarma, paraba porque aparcaba ahí mismo. Aún así seguía notando algo raro. Cojo el móvil y hago como que hablo con alguien por si acaso. Al cruzar la calle un chico se tropieza conmigo, nos pedimos perdón y seguimos nuestro camino. Me deja más tranquilo por el hecho de que haya gente. Llego a mi barrio y me parece escuchar mi nombre ahogado en un grito, acelero el paso y me meto en el ascensor esperando que quede menos para estar a salvo. Entro a casa y me siento mejor. Mi madre me pregunta por lo sucedido con la chica del coma, si, se ha enterado y no es para menos. Además que se lo conté a una amiga y ésta se lo contó a mi madre se ve. Le cuento todo lo que pasó. – Si fuese mi hija la castigaría, le pegaría y no vuelve a ver la calle – Me dice mi madre.
Carmen se pone a hablarme por WhatsApp y me dice que los familiares de Tatiana, la chica en cuestión del coma, preguntan por lo sucedido, que no paran de hacerlo y preguntan causas reales. Buscan explicaciones, saben que su hija es un caso perdido pero que supuestamente nosotros debíamos de saber eso. A mí eso me causa un poco de respeto porque tampoco la conocía mucho pero la gente que la conocía si debió haberla parado. Además me habla sobre la posibilidad de quedar al día siguiente pero le rechazo por el simple hecho de que no me apetece, necesitaba descansar. Como mucho una tarde de cine pero poco más, además tranquila y con poca gente. No quería más.
Me recuesto en la cama un poco y me quedo pensando en que hacer. Necesito dormir, no por los acontecimientos realmente, mayormente porque estaba cansado. Conseguí tranquilidad y cerré los ojos. Empecé a recordar la sensación de una persona siguiéndome y el coche parando delante de mí, luego el momento en el que aquella chica era dejada en el suelo porque no estaba bien, incluso recuerdo en el momento que Carlos se va un poco defraudado porque la chica que le gusta le molan más las chicas que los chicos. Me da algo de pena pero tampoco lo veía con ella por mucho que le gustasen los chicos. Escucho a mi madre llamándome para que le cuente lo que había pasado a mi hermano y por pura vaguedad me hago el dormido. Es evidente que con el sueño que tenía acabé por dormirme en poco tiempo.