Un mes más, vuelvo con esta sección para hacer un repaso de lo que ha supuesto para mí este mes de mayo en cuanto a la literatura. Pero creo que esta entrada va a tener un poco mezcla de todo, la verdad. No puedo dejar la enfermería de lado, por ejemplo, cuando ha sido uno de los temas que más ocupada me han tenido estos días.
Es por eso que empiezo nombrando mi profesión. Este mes al ya consabido estudio propio de una opositora EIR se ha sumado un Congreso de Salud Mental que me ha tenido todo el mes leyendo trabajos sin parar. Si alguno de los presentes tiene curiosidad por lo que ha ido tratando a lo largo de todo mayo el Congreso puede pasarse por aquí, que lo desgrané enterito.
Esto me sirve para enlazar con otro asunto que me ha tenido también ocupada y entretenida estos días: Plan de cuidados literario, mi nueva página web. Os la presenté en la newsletter para los suscritos, luego de forma oficial aquí y más tarde también en las Cerezas. Me tiene ilusionada como a una cría con un juguete nuevo este espacio y tengo ideas muy interesantes en las que trabajar para ir publicando por allí.
El calendario de publicaciones en mis páginas, por motivos obvios, he tenido que cambiarlo. Por lo pronto aprovecho para avisaros que el próximo lunes caerá entrada literaria en la web. Pero os dejo por aquí una imagen que ya subí en mi página de Facebook para comentaros cuándo y dónde publicaré cada semana.
Ya centrándome en el tema principal de este blog, la escritura, toca hablar de mi mes con las letras. Y tengo que decir que a pesar de haber sido unos días muy agobiantes con tanto que estudiar y leer han sido de los más productivos. El reto 250 sigue adelante, como siempre, sin un día de fallo y con récord de escritura en lo que llevamos de año.
¿Y qué he estado haciendo para escribir tanto en un mes? Una parte del trabajo de estos días ha sido de preparación para la historia de Proyecto Armonía. Como no quiero repetir los errores que me llevaron a abandonarla en su momento y quiero trabajar en las nuevas ideas para tenerlas claras antes de la escritura en sí se me han ido las palabras en la planificación. Os hablé por aquí también de todas las inquietudes relacionadas con el tema que me rondan en estos momentos. Ahora solo me queda la escritura en sí del texto, siento que ya estoy preparada para enfrentarme a él.
Desde aquí os digo, por cierto, que un viaje en tren puede dar más de sí de lo que os podéis imaginar. Os lo puede garantizar el documento donde guardo el guión de esta historia.
Este mayo ha sido, por cierto, un mes muy poético. Entre el I Festival de poesía de Benimaclet y la corrección del poemario Páginas de Metáforas (el cual creo que pronto tendrá nombre, ya estoy barajando algunos) he tenido buenas raciones de versos estos días. Es por ello que hablé en el blog sobre eso de escribir y corregir, porque han sido las dos tareas que más he estado haciendo a lo largo de mayo. Las mañanas, con el desayuno delante y sin presiones, son un momento maravilloso para dedicarle un rato a echar un ojo y corregir.
Lo que me está aportando estas mañanas tan creativas no os lo podéis imaginar, aunque haya comentado algo al respecto en la última entrada de las Cerezas. Tengo un pensamiento recurrente de "esto era lo que tenía que escribir" y la sensación de que siento que lo he conseguido, que lo he plasmado, que hace este proceso de revisión y corrección algo mucho más satisfactorio de lo que podría haber imaginado la primera vez que me puse a ello.
Así que este mayo lo puedo dar por bien empleado, sin duda.