En un futuro no muy lejano, la integración de los robots en la vida humana hará posible que surjan androides programados para cuidar personas mayores. Esa es la solución que encuentran Hunter y Madison para su anciano padre Frank, cuyas pérdidas de memoria son cada vez más frecuentes.Jake Schreier, director que empezó en la publicidad, los cortometrajes y los videoclips, presenta esta humana ópera prima sobre un tema cada vez más actual: la soledad de la tercera edad y el impacto de la tecnología en ellos. Jake nos muestra un personaje protagonista enfermo de alzheimer con pérdidas constantes de memoria y olvidos. Sus hijos, interpretados por los correctos James Marsden y Liv Tyler, no saben que hacer con su padre y el varón decide regalarle un robot para que le ayude con las tareas del hogar y le haga la vida más fácil. Lógicamente, y debido a su fuerte personalidad, su padre se niega pero tampoco quiere irse a una residencia de ancianos. Es aquí cuando surgen las cuestiones principales del film. ¿Qué libertad de decisión deben tener ellos cuándo su elección afecta directamente a las vidas de sus más allegados? ¿Puede la tecnología ser un sustituto fiable de la calidez humana?
El film reflexiona sobre la soledad de la vejez con la historia de amistad de un anciano con su robot. De esa manera, el estupendo libreto de Christopher Ford, combina comedia y ciencia-ficción en un relato divertido con transfondo amargo, que deja muy buen sabor de boca en el espectador.En paralelo a esa trama, conoceremos mejor al personaje de Frank y sus relaciones familiares con sus hijos y su mujer ausente, ofreciendo un crítico retrato social y familiar de nuestro presente, donde la familia ya no es una prioridad, quedando muy por debajo de nuestras propias satisfacciones personales e individuales. Una dura crítica a una sociedad consumista y egoísta que se olvida de sus mayores.Frank Lagella está excelente en todos los aspectos como protagonista, una gran interpretación, y el robot caerá simpático a cualquiera gracias a un guión óptimo y resultón.
El director no emplea grandes efectos especiales para hacer convincente al robot (en varios momentos que le vemos andando nos recuerda que dentro habrá una persona tipo R2-D2 o C3PO de la saga Star Wars) y consigue convertirlo en un personaje más, jugando con las opciones que ofrece su presencia y comentarios, haciéndolo más humano que la familia del protagonista. Solamente en sus minutos finales se intuye un atisbo por defender la tesis de ese Don Quijote que lucha contra los molinos de viento de la decrepitud, cuando ya es demasiado tarde para él anclado en su juventud donde consideraba que era un gran ladrón de guante blanco con una aventurera vida.
Un film correcto con un final previsible pero que cierra bien el conjunto de los poco más de 85 minutos de metraje donde se muestra limitada por no profundizar en la historia que daba para bastante más.Totalmente recomendable para todos aquellos a los que gusten las comedias inteligentes pero que saben ver más allá de sus propios prejuicios
Premios:
2012: Festival de Sitges: Premio del público.
2012: Independent Spirit Awards: Nominada a Mejor primer guión.