o en el dobladillo de mi falda...
Chema Madoz
Que se termina el año para nosotros, que estamos ya recogiendo, vaciando el casillero, programando conferencias para septiembre, reservando anfiteatros, abrazando a los estudiantes; felicitando a unos, y consolando a otros, finiquitando entre cócteles a los que no voy y palabrerías en las que se cuelgan las infinitas sombras de la hipocresía. Que dejamos que nos plagien los discursos, que sinteticen la palabra, que disfracen de elegancia cuatro estupideces. Que los aplausos me lastiman, que los silencios cada vez más me llenan si de tu boca renacen, que contigo le sobran al tiempo saetas para clavarse por donde quieran en mi cuerpo que ya solo es tuyo.
E.M. París 2022.
Y pensar, pensar, sólo pensar que la vida sigue con sus delirios tintados de fresa y malvas, que las ilusiones se bañan en escupideros, que nos queda la satisfacción de un año más entre los dientes del lobo saliendo indemnes, y decirse que hoy por hoy mantenerse en pie de por sí ya es un triunfo antes de cerrar la puerta y echar la llave. Que es hora de tomar el tren, desde la misma estación de siempre, de dejar la ciudad y regresar a otra en la que nos cambiaron el nombre de las calles. Que de todo se cansa una, hasta de abrirse el pecho a descubierto, de contar mentiras, de decir verdades, de ficción y realidades, de expulsar voces, de vomitar nadas.Que estoy muy, pero que muy cansada, pero sin dejar de cumplir sueños aún con los huesos roídos. El 21, le canté a la vida, en la Sant Joan, nos volvimos a besar la boca.Ahora debo protegerme en mis delirios, entre música y libros, sin rasgar la sensibilidad escrita a mano.
Ahora, es tiempo de silencio. De recoger los últimos trastos y de replegar las alas hasta más volar.
Me duele el pecho y la escritura que salda deudas, entre un tú y yo, o varios nosotros, un limbo de calles sin nombre, una guía perdida en la ciudad sin manual de arquitecturas perennes; todo estaba en vilo tras un vidrio de azúcar y sal, y hay que tirar p'alante hacia dónde nos arrastren las olas. Que la vida sigue hasta donde nos lleven sus pasos y sus mareas...
Este año, Los ENS de derecho en la fiesta de fin de año me reclaman que bailemos Saoko de una tal Rosalía; sencillamente porque como me encanta esta persona ( pese a toda la mala baba que le han tirao encima) y porque es una artista (además, con algo en el coco) pues no me quedará otra -según me dicen e insisten- por habérsela recomendado y que les guste e incluso hasta más que a mí.. y para añadirle un toque rapero francés han añadido Basique de OrleSan. Este año será rap, o no será...
Así que, papis, Saoko papi(s), Saoko...
Y algo Basico francés... pero con inteligencia también, dicen...