Revista Literatura

Un bonito sueño… para un dulce despertar

Publicado el 07 septiembre 2011 por Mbbp

UN BONITO SUEÑO… PARA UN DULCE DESPERTAR

Cada noche, durante muchas noches compartidas, nos decíamos mutuamente “buenas noches, que sueñes bonito“! Era un hermoso deseo compartido, mi Hada! Y es que invitar a soñar bonito es el mejor deseo para alguien que amas, así como desearle un dulce despertar! Y seguramente soñábamos el uno en el otro, pues era el más hermoso sueño que podíamos sentir y compartir aún dormidos… y en la distancia!

Me gusta soñar en ti y contigo, Hada Mágica! Supongo que no te importará que hoy comparta un nuevo y bello sueño, como tantas otras veces antes hicimos juntos, para luego seguir soñando en despertarnos abrazados, como deseamos ambos ya en la realidad. Hoy, en cada uno de mis sueños, estás tú, aunque recuerdo que lo has estado en todos mis sueños, desde que te conocí! Alguien me dijo que si pones todo tu amor y tu energía en un propósito honesto y realmente sentido, acaba haciéndose realidad en la vida! Y, ya sabes, mi Hada, hoy más que nunca confío en la vida…

Permíteme, pues, sentir y compartir de nuevo mi propio y bonito sueño contigo…

Me he despertado tranquilo, entre tus brazos, mi Hada. Siento profundamente el aroma de tu blanca y adorada piel, te oigo respirar suavemente a mi lado… y me siento feliz! Estas cerca, muy cerca de mí! Con tu suave mano en la mía. Abro mis ojos y te veo bien dormida junto a mí, con tu bello rostro sereno frente al mío. Qué regalo del Alma, para mi vista y mi corazón! Respiro tu cálido aliento, siento los pausados latidos de tu corazón… y me siento feliz! Cuánto tiempo ha tenido que pasar hasta que se ha hecho ya realidad nuestro sueño de sentirnos felices amaneciendo el uno junto al otro! Y para llegar a ver con mis propios ojos tu cara de felicidad, junto a mí! Pero todo llega cuando el Alma está involucrada… y la dejamos simplemente fluir! Vuelvo a cerrar mis ojos, para sentirte con más claridad! Tu corazón late aún despacio bajo tu pecho y la propia piel de mi pecho lo siente, gracias a ese tierno abrazo que anoche nos invitó a dormir así. Nuestras piernas y pies están enredados entre ellos, cediéndose mutuamente su calor. Cada milímetro de tu aterciopelada piel en contacto con mi piel, de la cabeza a los pies. Ya nada nos separa. Tu respiración es suave, acompasada con la mía, en una armonía total entre dos corazones que se aman al unísono. Los sensibles dedos de mi mano, sin que te hayas dado apenas cuenta, están empezando a acariciar la tuya, suavemente, tiernamente, como te gusta sentirte al despertar! Sigues profundamente dormida, pero tu corazón siente ya mi lenta caricia, porque en tus labios se ha dibujado una sutil y bella sonrisa. Con la punta de mis dedos de mi otra mano, apenas rozándote, ahora estoy recorriendo la suave piel de tu hombro, subiendo por tu cuello, deslizándose muy despacio por el contorno de tu bello bello rostro, hasta llegar a tu largo cabello dorado. Con mis dedos retiro ese trevieso mechón de cabello que ha quedado descuidado sobre tu cara, mientras dormías. Acaricio suavemente tu largo cabello e introduzco uno a uno mis dedos en él, de la raiz a sus puntas, sintiendo ya tu piel. Te mueves ligeramente, te encanta que te acaricien el cabello mientras duermes. Tu cabeza se ha ladeado para facilitar mi dulce caricia. La punta de mis dedos llega despacio atrás, a tu nuca. He descubierto que su vocación es acariciar ese vello dorado donde nace tu pelo. Tu cuerpo entero se estremece, tu sueño ya es más ligero. Te mueves ligeramente, te estiras, exponiendo toda tu piel a mis caricias. Tus suaves pies se mueven sobre los míos, sintiendo la planta, el empeine y mis dedos. Sigues dormida en mis brazos, pero sintiendo mis caricias y quizás aún creyendo que es tan solo un bonito sueño. Mis ojos, aún cerrados, me permiten sentirte mejor, dejando que ahora sean solo mis manos y mis largos dedos quienes despierten poco a poco tu corazón, abran uno a uno tus poros y despierten tu sensualidad… Y, efectivamente, un leve suspiro brota de tus finos labios y tu cuerpo se gira lenta y sigilosamente, dándome ahora la espalda, dejándote abrazar desde detrás. Tu espalda ligeramente arqueada está ahora apoyada en mi pecho acogedor, tu pelvis sobre la mía ensambladas como dos piezas de un amorso puzzle, tus largas piernas un poco encogidas sobre mis piernas, tus pies de nuevo entrelazados a los mios, por detrás… Tu mano ahora toma la mía para llevarlas ambas hasta tu barriga, posarse encima suavemente y poder sentir juntos esos ténues y amorosos latidos de la nueva vida que está aún por llegar, en su interior. Mientras mi cabeza se acomoda suavemente entre tu largo cuello y tu sedoso hombro, como una almohada de pluma. Cómo me encanta sentir tu aroma natural y tu respiración suave, muy cerca mío! Súbitamente me aprietas lentamente la mano con pasión, como te gusta sentirte conmigo. Despiertas de tu dulce sueño. Abres poco a poco tus lindos ojos y de reojo, mirando hacia atrás, ves los míos aún cerrados y en mis dulces labios descubres una suave y sutil sonrisa! “Buenos días, mi amor” susurro en tu oido junto a mi boca. “Soy feliz, Miguel, muy, muy feliz” me respondes emocionada. Y me aprietas de nuevo mi mano. Vuelves a cerrar tus ojos, tu lengua humedece tus suaves labios, sonries con calma… y te dispones a seguir sintiendo en tu corazón y ya con todos tus sentidos despiertos, nuestro tierno y largo abrazo de amor…

A nuestro alrededor, todo está tranquilo y en silencio, aún! Los primeros y tímidos rayos de sol entran ya en la habitación, despertando el color de sus cálidas paredes tapizadas. Una suave brisa fresca del norte entra por la ventana entreabierta y hace bailar un cadencioso vals a las cortinas. Nos acurrucamos mejor entre las suaves sábanas. Truc aún dormita tranquilo a los pies de nuestra cama, como siempre, de vez en cuando puedo oir su respiración. Don Vito, que se había despertado hacía un rato, se ha vuelto a dormir plácidamente a nuestros pies, sobre la mullida colcha de color crudo. Un espléndido y nuevo día llega a nosotros como un regalo de la vida, como cada día, ya siempre invitándonos a compartirlo juntos, con mucho amor y paz!

Me despierto lentamente, abro mis ojos… ¿ha sido solo nuestro bonito sueño o es ya nuestra maravillosa realidad de cada día?

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