Un caballero siempre es discreto - Juliana Gray

Publicado el 01 noviembre 2013 por Marili @otroromancemass




Argumento

1890, la Toscana.La casualidad vuelve a reunir a dos eternos enamorados separados por el honor y el deber, que siguen interponiéndose entre ellos. Segundo libro de la trilogía de novelas románticas iniciada con Una dama nunca miente.
Hace seis años, Lilibet Harewood y lord Roland Penhallow estaban enamorados, cuando él se vio obligado a abandonarla sin decir una palabra. Tras mucho tiempo sin noticias suyas, Lilibet cedió a las presiones familiares y se casó con lord Somerton, un hombre cruel con el que tuvo un niño.
Ahora Lilibet ha decidido huir con su hijo, de cinco años, a un castillo italiano donde piensa permanecer oculta. Entretanto, ante una peliaguda situación personal, Roland opta por alejarse de Londres y vivir retirado una temporada en la Toscana.
Ni Roland ni Lilibet había imaginado que sus caminos volverían a encontrarse. Mientras ella lucha por comportarse como una dama, él no está dispuesto a dejar pasar esta nueva oportunidad de recuperar a la mujer que nunca ha dejado de querer.
Regresamos a la magia de la campiña italiana, el escenario de encuentros pasionales y tentaciones clandestinas, en la deliciosa segunda entrega de «Romances a la luz de la luna».


Opinión personal
Muy posiblemente no voy a ser justa con esta novela. No sé si ha sido el momento que he elegido para leerla, algo que indudablemente influye,  o si, simplemente, me esperaba algo tan diferente que, al final, solo ha conseguido defraudarme.
Como suele ser habitual en estos casos, en la primera entrega de la trilogía se nos presentaron todos los personajes protagonistas,  en este caso, les ha tocado el turno a Lilibet y Roland, lo cierto es que no es una de las parejas que más llamaron mi atención… mi debilidad son los duques estirados, por lo tanto, la historia que estoy deseando leer es la siguiente. De todas formas, Lilibet me pareció un personaje muy interesante ya que tiene unas circunstancias que encontramos muy pocas veces en la novela romántica: está casada y además, su hijo es el heredero de un conde y me producía curiosidad ver como la autora iba a sortear ese obstáculo.En realidad, Lilibet es el motivo principal de la estancia de las tres amigas en la Toscana,  ha llegado a la Toscana huyendo de su marido, personaje aparentemente cruel, con el cual ha compartido seis años de matrimonio infeliz y del cual quier alejar a su hijo para que no le influya negativamente en su educación.Es una decisión arriesgada y valiente que nos muestra una fortaleza de carácter que choca con la mujer, demasiado tradicional, que ha vivido a la sombra de su marido y aparentemente apocada.De los dos protagonistas, es la que más me ha gustado, y eso que tampoco es que me haya gustado demasiado, pero al menos, a pesar de que algunas de sus actitudes o decisiones puedan parecer contradictorias, nos muestra un personaje bastante creíble.La vuelta de Roland, su amor de juventud, a su vida hará que quebrante algunas de las normas que han estado muy presentes a lo largo de su vida.
Roland no me ha convencido nada. Es de esos personajes que no me resultan reales. Creo que la autora exagera en demasía sus cualidades… hasta el punto de conseguir, a veces en mi caso, todo lo contrario. Detalles que chocan con la vida que ha llevado y el trabajo que desempeña…. Cualidades tan ensalzadas, en ciertos momentos de una forma algo abusiva,  que son totalmente desmontadas con pequeños detalles en los que, en otro caso, ni hubieras reparado.Otro personaje con gran relevancia en la historia es Phillip, el hijo de Lilibet, y ante me ha resultado convincente… Cierto que protagoniza algunas escenas muy tiernas, de aquellas que te sacan alguna sonrisa y te arrancan alguna emoción. Pero es un niño de cinco años que, más bien se comporta y habla como un niño de 8,9 o diez. Y ya no digo nada del malo de la historia…Desde luego, en mi opinión, la autora no ha conseguido crear unos personajes con la suficiente consistencia y credibilidad, un gran ejemplo es el Conde de Somerton, el marido del que Lilibet huye. Un personaje que, prácticamente todo el libro, vemos a través de los ojos de su esposa y de su hijo, y que, cuando al final aparece en escena, no se parece en nada a la idea que la propia autora nos había creado de él.
En cuanto a la trama de la historia, la verdad, es que hasta casi al final, no ha conseguido engancharme. Los tres romances ocurren al mismo tiempo y en el mismo lugar: un castillo en la Toscana, para ello hace coincidir algunas de las escenas, pero en este caso, vistas desde el punto de vista de otra pareja. No me parece una mala idea, pero el problema es que muchas de las cosas que pasan ya las conoces y se pierde la originalidad que encontramos en el primer libro y al conocer  de antemano parte de los sucesos, la lectura se me ha hecho lenta y algo tediosa. Tampoco he encontrado ese toque de humor que fue, para mí, lo más destacado de “Una dama nunca miente” y, además, hay ciertos temas que, creo que al final quedan resueltos de una forma demasiado poco seria y acorde con la época.
En resumen, “Un caballero siempre es discreto” no ha sido la lectura que me esperaba. Sin duda, es un libro que se deja leer, pero para mí ni los personajes ni la historia me han convencido. 








Ficha tècnica
Sello    PLAZA & JANÉS
Fecha publicación    09/2013
Formato, páginas: TAPA BLANDA CON SOLAPA, 384
Medidas    151 X 229 mmISBN 978840138470
Precio: 17,90 €