Hoy es tu cumpleaños, aunque hace casi seis años que solo me comunico contigo mediante emails o SMS, y casi he olvidado el sonido de tu voz, todavía en un día como hoy vienes a mi cabeza, en realidad vienes mas veces, vienes cuando desarmo mis prejuicios, cuando dejo soñar mi mente con recuerdos de otras épocas, mentiría si te dijera que para mi tu presencia no significa nada.
Hoy cumples treinta y siete años, que es la edad que yo tenía cuando nos separamos. Como si fuera un perfecto juego aritmético hace seis años, nos conocimos hace doce, cuando tu tenias veinticuatro, casi veinticinco. Y hoy cumples la misma edad que yo tenía cuando nos dijimos adiós.
Hoy tu vida tiene la impresión, digo impresión porque no puedo constatarlo a través de unas líneas y algunas fotos, que es una vida mas perfecta que la que teníamos juntos. Y me alegro porque siempre pensé que te merecías cumplir tus sueños, porque cuando los sueños son sencillos merecen ser cumplidos.
Y ahora estoy en un avión camino de México, esperando que las horas transcurran rápido, que no me abotargue la melancolía, y que la adorable anciana que viaja a mi lado no se preocupe al ver asomar algunas lagrimas por mis mejillas, quizás debería haberla avisado, que los ataques imprevistos de nostalgia tienen estas pequeñas víctimas colaterales.Quizás nunca leas estas líneas y me conforme con desearte simplemente un feliz cumpleaños.
La verdad querida, es que francamente no se donde me llevaran estas líneas, si es que esta explosión de párrafos tiene algún fin concreto. Decirte hoy que te echo de menos, seria injusto, para ti, para mi y para todos los que ocupan lo que un día fueron huecos y hoy posiblemente son realidades y vidas completas.
Pero si tengo que decirlo hoy que cumples años, te lo diré, a veces pienso en ti, y claro en mi, y como seria la proyección de esa vida conjunta que pudimos haber tenido.
Si todavía sigues leyendo no quiero que te asustes, no quiero proponerte ninguna locura, no tengo ya la edad de aquel que tumbado a tu lado mientras el sol nos tostaba en cualquier playa te prometía amor eterno, hoy no soy capaz de adivinar siquiera si el próximo verano llegara puntual a finales de junio.
Solo quería ahogar esta melancolía que me apretó fuerte el pecho, cuando me levanté esta mañana y recordé que era tu cumpleaños.
Ahora a diez mil metros de altura en mitad del Atlántico y a siete horas de poder charlar con cualquier persona que me importe, lo único que me hace sentirme vivo en cierta forma, es saber que hoy es tu cumpleaños. Que otra vez el otoño vuelve de su año de exilio, que las hojas se lloran desde arboles altivos, que a lo mejor eran simples arbustos cuando dijimos adiós.
Hoy que es tu cumpleaños, siento que tu imagen, la imagen de la que eras hace seis años esta aquí a mi lado. Pero esa ya no eres tu, es una Marlene congelada. Y me gustaría saber como has cambiado en estos años, como es para ti ser madre, como es ser esposa, si has olvidado cosas que aprendidos juntos, si es que aprendimos algo en ese tiempo.
Quizás este sea el pequeño exorcismo que necesito para cerrar definitivamente aquel tiempo, a ti, a mi, aquellas noches oscuras. Sabes si recuerdo aquellos días siempre es de noche, nunca recuerdo la luz del sol, luminosidad inexistente en una relación extinguida.
Supongo que a esta hora en alguna parte de Copenhague, una familia, tu familia, se une en un solo grito, hurrah, hurrah, feliz cumpleaños. Aquí encima de unas nubes de tormenta en un país no existente habitado por exiliados del aire como yo, también canto en silencio feliz cumpleaños. Que seas muy feliz hoy y el resto de tu vida, por si acaso nunca mas te vuelvo a ver.