El Gobierno está enfermo: ha retirado 456 fármacos de la financiación pública, que deberemos pagarnos íntegramente de nuestro dinero. Los pensionistas también, ya que adelantarán el dinero, si pueden, con la esperanza de recuperarlo en algún momento del futuro. La medida tiene como objetivo ahorrar unos 440 millones de euros, una fruslería comparado con los más de 60.000 millones que va a engullir el sector bancario patrio para salvar los trastos de una gestión alegre y nefasta.
Nada comenta la lista del antídoto contra la mezquindad, la incompetencia, la soberbia, la impunidad de los culpables, contra las orejeras mentales de la huida hacia delante en la que se ha enzarzado el Gobierno, cuesta abajo y sin frenos hacia algo que se parece bastante a un precipicio. Me apresuraré a buscar la receta de este antídoto antes de que se agote. Nada más dañino que un diagnóstico erróneo para agravar el estado de la sociedad. Nada da menos confianza al paciente que un equipo médico enfermo como lo están estos matasanos que ocupan el Congreso en sus ratos libres. Por si acaso, y por si el antídoto está monopolizado por algún gran laboratorio, compraré tila. También liquen de Islandia, país que ha aplicado el remedio natural contra una enfermedad muy común: la corruptela. Basta un tiempo en cuarentena, a la sombra y las defensas de la sociedad hacen el resto atacando a los virus infecciosos.