El viernes pasado tuve la suerte de acudir a la presentación de la novela “Wishbone“, de Nisa Arce. Encontré en su escritora una persona generosa, más interesada en hablar con su gente que hablar de su libro. No sé lo sensato que será esto como política de marketing, pero a nosotros nos dio la oportunidad de hacernos comunidad. Éramos todos los congregados allí gente creativa con ganas de compartir nuestros mundos con el mundo. Y puestos allí todos juntos acabamos en una improvisada mesa redonda sobre la edición.
Constatamos
Que, en ocasiones, las editoriales pequeñas se convierten en poco más que intermediarios y filtros. Faltan correctores y editores de estilo; puede pasar que el mismo autor deba contratar al autor de la portada y conformarse con unos contratos de exclusiva con una mínima participación en las ventas. Supongo que las editoriales tendrán sus razones para actuar así, no creo que haya que enfadarse por ello ni clamar al cielo por justicia. Esto es, también, un negocio y debe ser rentable.
Constatamos también la creciente facilidad que tienen los autores para publicarse a sí mismos, sólos o en compañía de otros. A veces por caminos que tienen poco que ver con lo comercial. Nisa nos contó que el pago por poder usar un cuadro para la portada de su libro fue un collar de coral negro que la pintora finlandesa no podía adquirir a su país. Creo que este collar es un símbolo de la clase de relaciones culturales que permiten las nuevas tecnologías y estoy convencido de que sólo es el principio.
Al mismo tiempo vemos las absurdas resistencias del mercado editorial ante las tecnologías de la información. No parecen entender los beneficios que pueden aportarles los libros electrónicos que sólo acogen a regañadientes y como “por si acaso”.
Sadneyel
Lo iba a dejar para mejor ocasión, pero estoy creando una pequeña página para todas mis peripecias literarias: entiéndase ficción y poesía. Ésta es Sadneyel, aún en construcción pero ya con algo de material.
Viene al caso porque en Sadneyel voy a ofrecer gran parte de lo que escriba gratis o a un precio muy bajo. Lo voy a hacer porque el amor primero del escritor es contar historias y hacer felices a quienes las leen.
Encontraréis este artículo también en Sadneyel. Esta duplicidad no volverá a ocurrir, ya que no volveré a hablar de literatura en SabiaVida; me ocuparé de ello en Sadneyel a partir de ahora.
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