Hoy recordé un hermoso ramo de rosas rojas que recibí en la escuela, un día de San Valentín. Con mi adolescencia en pleno, estaba feliz por recibir el regalo, pero también porque era un gran regalo, y un gran regalo delante de todo el mundo.
El amor puede ser algo muy diferente a lo que vivimos en el enamoramiento de los quince, dieciséis años. Pero tiene ese ingrediente de hacer feliz al otro, de buscar que es lo mejor que podemos darle: "lo mejor" en los términos de quien va a recibir.
Silvia Parque