Los recuerdos de los personajes de mis novelas se agolpan en mi mente cuando rememoro los momentos que pasé junto a ellos sufriendo, riendo o exponiéndolos al peligro, al misterio o al amor. Cada uno tiene un espacio en mi corazón, forma parte de mi quehacer como escritora, de mi formación y de mis sueños. ¿Cómo olvidar a Dimitri Galunov? ¿Y a Sananda, el fiel compañero de Parvati? ¿Y si voy más lejos, al personaje femenino de mi primera novela: Margaret, quien fue la que abrió las puertas de mi imaginación? Me siento agradecida por permitirme crearla y darla a conocer a las personas que leyeron ese primer manuscrito con el que descubrí mi vocación.
Guardo un lugar especial para Túpac Yupanqui ese valiente guerrero inca, y Kevin Stooskopf, el audaz exagente de la CIA, a mis siempre presentes Dante Contini-Massera y Nicholas Blohm con quienes aprendí cómo se debe escribir un thriller, y a Toni Montero, el joven de la cara deforme que llegó a la cima después de estar en prisión.
Todos sin excepción serán parte de mí porque salieron de mi mente, el único que se me escapa porque fue un personaje real es Waldek, él sí que tenía personalidad propia, y sus manías, y su historia ya había sido escrita por las páginas de la historia, lo que hice fue inmortalizarlo en "La búsqueda". Waldek, siempre Waldek...
Y el señor de Weldone, ¿cómo olvidarlo? quedó incrustada para siempre la novela histórica en mis escritos, con él aprendí que a la vida real y a la ficción las divide una muy delgada línea. Y Octavia, la anciana enamorada de un joven de veinte, una novela que me enseñó a ver el amor desde otra perspectiva...
Fedor y Mark vivieron conmigo muchos meses, algunas veces reclamaba atención uno más que otro, pero así son los personajes en general, egocéntricos, porque saben que las novelas giran en torno a ellos, aunque Daniel Kozlowski era poco presuntuoso y se conformó con el lugar que le di. Ahora toca dejar salir a un nuevo personaje: Ramón Delatorre, un hombre que mezcla la picardía española con la indiferencia británica, protagonista de mi nueva novela "El vendedor de naranjas".
Me demostró que los espías lejos de ser superhombres son más humanos que muchos de nosotros.
El video es una muestra de lo mucho que me siento apegada a mis novelas, y espero seguir así todavía un tiempo más, creando, sufriendo, riendo y gozando junto a los personajes que están por venir.
¡Hasta la próxima, amigos!