Un juego Hay días que al mirar para atrásaparece el relie...

Publicado el 17 junio 2012 por Ada


Un juego
Hay días que al mirar para atrás
aparece el relieve y espacio de todo lo
que ha muerto. Los finales del todo
inevitables, pero también los adioses no
previstos ni invitados, repentinos
algunos, otros lentos como un cuchillo
indeciso y profundo, casi siempre sin
ojos, porque así es el gesto del que
desaparece. La mayoría son de rostros
amados camino de otros signos o
encerrados en un circular desaliento al
que no cabe importunar porque
también es un reto y un
momento sagrado a la espera de algo.
Mirar hacia adelante con este sabor
huérfano nos da la sensación de un
recorrido por un sendero blanco y
asistido de frío en el que al menos el
juego distraído del aliento mientras
atrapa formas con su vaho nos devuelve
a ese intemporal contacto con el mundo
de cuando fuimos niños, tal
vez tan necesario para limpiar el pecho del
camino sembrado con flores entre
vidrios.
Mas el recuerdo sostenido en las manos
de todo lo que fuimos un día incendia la
conciencia de que aquello era también
un juego, un juego por encima de la ira
y el miedo, el rechazo, lo amargo, el
engaño encontrado. De repente, nos
sacude de ese interno diálogo aislante
un recodo de sol que deslumbra los ojos
para tomar aliento y atender hacia
afuera todo lo inesperado. Sí, dejar de
pensar y cerrar el pasado inevitable y
viejo para sentir lo próximo, y saciarnos
de aquello donde nada faltaba y estaba
para hoy rodeándonos.
CARLOS MEDRANO
Fotografía: María Jesús Silva