HAY UN LUGAR EN LA FRONTERA... donde convergen pasado y presente, la realidad y la fantasía, el norte y el sur, la tradición con el progreso, la civilización y lo salvaje. Un territorio mágico donde el tiempo y el espacio rivalizan en singular duelo: el pasado somatizado con el día a día, lo realmente imaginado reta a la ficción más cierta, distintas visiones de entender la vida pugnan por sobrevivir, el crimen y la ley se desafían sin tregua..., y en todo momento se hace imperceptible la línea que separa al bien del mal, a la justicia de la venganza, a la suerte de la desdicha. La Frontera, un remoto erial donde todo está por hacer y no hay más norma que el antojo y la violencia; un tiempo salvaje que vuelve a nosotros convertido en arte y espectáculo de lírica belleza. Me doy por satisfecho si acertáis tras estas palabras a interpretar y compartir su alma. Ese es el punto de partida de este humilde blog que, entre otros divertimentos, intentará haceros participar de un juego de extrapolación entre la terca realidad que vivimos y una ensoñación mítica del oeste norteamericano, una visión absolutamente subjetiva que toma a la Frontera como referente de horizontes lejanos y épicos compases del viento, estrellas del celuloide y personajes históricos legendarios.
Todos señalarán la Frontera como la esencia del lejano Oeste, el western, los cowboys o la moda vaquera. Sin embargo sólo unos pocos iluminados sentimos algo que va más allá de la expectación por el tipismo de los sombreros de ala ancha o las pantomimas del ranger Walker. Existe para nosotros un sentimiento oculto e íntimo, anclado en nuestra memoria vital por años de exposición a la pequeña pantalla. Algo bastante más profundo que llenar la panza en una cadena de hamburguesas. Un sentimiento de admiración, respeto y comunión por Norteamérica, sus mitos y su imaginería, su historia, sus logros y sus fracasos..., en la medida en que éstos contradicen su proclama fundacional de libertad con ese rancio conservadurismo apegado a la tierra y la supervivencia que tanto nos espanta a los europeos. Por esto mismo, y por que verdaderamente hay bien poco de ejemplar (en el buen sentido, se entiende) en el filibusterismo expansionista con que los USA emprendieron su consumación continental primero y su explosión neocolonial después, tamizaremos toda esa fascinación por los gringos con buenas dosis de ironía, crítica y sorna. Son la imagen, el símbolo, la narración y la liturgia, los que han perdurado bajo una visión amañada de la Historia, la suya, y es a aquellos a los que principalmente homenajearemos al haberlos asimilado ya como propios. Y es la Frontera, su afanosa búsqueda de una última frontera, de un nuevo comienzo pleno de esperanza y oportunidades, el rasgo que quizás más haya caracterizado la personalidad de Norteamérica hasta convertirlo en un concepto universal y reconocido por todos.
Desde esa devoción no obstante, congregaremos todo cuanto nos ayude a transportarnos a las planicies del Suroeste, erigidas en el mejor exponente del genuino sabor americano: desde el rock grasiento de ZZTop hasta el infortunado destino del pueblo Navajo, de las primorosas pin-ups de los años cincuenta a la mejor receta para cocinar unos burritos, desde la gris alfombra de la Ruta 66 a los desquiciados líderes de la Revolución Mexicana..., sin olvidar desvelar la huella hispana que todavía marca aquellos pagos. Tampoco faltarán referencias a nuestra cotidianeidad ibérica, !que remedio!. Y es que aunque soñemos con el Rodeo (menos mal que solo es eso, un sueño) nos despertamos todos los días en el ruedo de Iberia y más concretamente en su Frontera. No es tan cinematográfica como aquella pero tiene bastante más historia y guarda curiosos paralelismos con solo echarle un poco de imaginación. Terreno abonado pues para compartirlos desde este blog. Espero que se os haga ameno, resultón y divertido. Pero sobre todo, por encima de todo, espero ir dándole forma en compañía. Y ahí es donde encajáis vosotros futuros fronterizos, gente de paso, gente dispuesta, gente implicada y con agallas... !!La Frontera os recibe con los brazos abiertos!!.
Ya sabemos que la Frontera acoge un vasto territorio al norte y al sur de Río Bravo. Texas, Nuevo Mexico, Chihuahua, Arizona, Colorado, Sonora, Extremadura..., un inhóspito malpaís de agaves y crótalos, de aventureros y oportunistas, un pueblo enérgico y rudo apegado a la tierra. Una tierra cuyos confines no llegan a limitar los mapas..., un lugar de la imaginación que alumbraron los mitos de la Historia, el cine y la televisión. Un país donde aún hay moteles abiertos hasta el amanecer, lindas muchachas de curvas sinuosas, gasolina barata para quemar por el desierto... y todavía cabalga justiciero el Llanero Solitario. La Frontera es un estado MENTAL.
!Bienvenidos a la Frontera!