Un marciano llamado deseo

(Dirigida por Antonio Fortunic – Perú 2003)
Todo funciona en este país bien, cuando las cosas se hacen con ganas y con cariño.
Jorge González (Christian Meier) acude a la Embajada de Estados Unidos en el Perú con el propósito de que le den la visa a los Estados Unidos. Es de los que piensan que allá va ser feliz porque en Perú no pasa nada (eso es lo que él cree). Le niegan la visa, decepcionado sale de la embajada y por el camino se encuentra con el Ganso López (César Ritter), un ex compañero de aula del colegio. López le cuenta que tiene visa y vive en los Estados Unidos porque se caso con una gringa, la conoció en Cusco y le comenta que allá a estas rubias al pomo les gustan los latin lovers.
Jorge viaja a Cusco donde su amigo Querubín (Bruno Odar), este le brinda ayuda en su alocada idea de conseguirse una gringa para lograr sus sueños. Jorge se convierte en guía turístico, es la mejor forma de contactar gringas en el aeropuerto. Usa polos que dicen “I love New York” o “God bless America”. En suma, Jorge es bien alienado.
Una mañana llega una gringa Shirley (Robin Hunter) al aeropuerto. Jorge se queda medio tarado mirándola. Se ofrece de guía y así comienzan la historia de conocerse mutuamente. Mientras que Shirley piensa que Machu Picchu fue hecho por extraterrestres, Jorge afirma tajantemente que fue hecha por los incas. Jorge se esta enamorando pero Shirley sólo quiere tener una relación de amor con extraterrestres. Jorge toma una decisión alocada como la loca a la que quiere conquistar.
Una comedia romántica desarrollada en medio de los espectaculares paisajes de la ciudad de Cusco, Machu Picchu, Koricancha. La mejor actuación recae en Christian Meier, Bruno Odar y el sorpresivo Aristóteles Picho que hace de papá del personaje de Odar y se manda con unas frases buenísimas, lo mejor de la película.
Cualquier persona tiene un futuro en cualquier parte del mundo, siempre y cuando sepa encontrar su talento especial. Todos los seres humanos nacemos con un talento especial. Algo que podemos hacer mejor que cualquier persona. Para unos es ser médico, para otros es ser artista, para otros ser policía, el oficio no importa, lo importante es que al ejecutarlo sintamos que nos estamos realizando plenamente, que es lo mejor que podemos ofrecerle a las personas que nos rodean.
Lo único que verdaderamente importa es el amor, cuando tú tocas a una mujer con amor, estas entrando a otra dimensión y en esa dimensión no importan las técnicas, los tamaños ni las destrezas ni los avances científicos ni nada. Lo único que verdaderamente importa es el cariño de verdad. Es lo que toda mujer, lo que todos los seres humanos quieren. Amor de verdad.
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