Un matrimonio mayor de edad.

Publicado el 07 diciembre 2011 por Marga @MdCala

Nuestra vida compartida de tardes de juramentos y ansiedades, ya hacía tiempo que alcanzó su fase adulta: cumplirá 26 años el próximo 28 de Marzo… Pero aún nos faltaba llegar a la mayoría de edad legal con aquel blanquiazul 8 de diciembre de 1993, en el que prometimos separarnos tan sólo con la muerte. Hasta el momento lo estamos cumpliendo,  y únicamente con las dificultades justas.

Resultó una boda imperfecta con el resultado de un balance fantástico, y como bien dice mi amiga Lorraine, debemos estar agradecidos por esa felicidad que siempre consigue superar los inevitables malos momentos.

Nosotros contamos con un aval que no todos los matrimonios pueden permitirse: la relación se asienta sobre un pilar indestructible que combate todas las inclemencias provocadas por la vanidad, la inseguridad, la intolerancia, la desconfianza, las dudas y la desidia mías. Ese pilar es su nobleza.

Es noble, sencillo, fiel, honesto, servicial, cariñoso, humilde y grande como pocos. Si en algo pudo haber fallado alguna vez, no lo recuerdo. Sabemos cuáles son nuestras prioridades en la vida y no permitiremos que ningún daño colateral posible las enturbie. Lejano, o cercano. Y yo le admiro también por eso.

Hoy, como ayer, puedo devolverle tres palabras suyas que ya me impactaron al poco de conocernos cuando, sin tibieza ni dudas, tuvo la generosidad de regalarme y la lealtad de cumplir. Estas tres palabras eran, son y serán: siempre te querré…

Ad eternum.