Un paseo por las “Catacumbas de San Francisco”

A menos de 200 metros de la Plaza de Armas de Lima se encuentra la Iglesia de San Francisco, construido en 1674, considerado el mejor ejemplo de la “Lima barroca” y cuya nave central es conocida por sus hermosos techos pintados en un estilo denominado mudéjar (una mezcla de diseños árabes y españoles).

Pero, lo que muchos no saben es que bajo su suelo se hallan las Catacumbas, que son túneles subterráneos que contienen los huesos de unas 75.000 personas ya que fue el primer cementerio que tuvo Lima en la época colonial.

Estas catacumbas tienen gran similitud con las romanas con sus techos abovedados o planos unidos por pasajes construidas con ladrillo, cal y canto, mientras que en el piso se encuentran sepulcros rectangulares donde los féretros eran colocados unos sobre otros cubiertos de cal para acelerar el proceso de descomposición y evitar así las epidemias y malos olores.

Es una experiencia única donde el visitante se compenetra en un laberinto de sensaciones y olores encontrando cientos de cráneos, fémures, tibias y peronés al alcance de la mano, pero colocados ordenadamente en dichos sepulcros así como en grandes pozos u osarios que se hallan a diez metros de profundidad.

La construcción de las catacumbas franciscanas se inicia en 1656 con bóvedas sepulcrales e incomunicadas entre sí como en las demás iglesias limeñas, entre muros y pasadizos, como una especie de laberinto unificado. Hasta que en el año 1808 fue inaugurado el Cementerio General “Presbítero Matías Maestro” lo que motivó que los entierros dejaran de hacerse en las catacumbas de San Francisco..

En 1947, un grupo de investigadores abrieron los pasajes subterráneos que se encontraban tapiados, para efectuar trabajos de limpieza e instalaciones de luz y, 3 años después, las catacumbas quedaron abiertas al público.

Sin duda, un lugar escalofriante que transporta al visitante a la vida de los monjes franciscanos ya  las historias de ultratumba que allí se cuentan.

Fotos: Mochileros en Lima