Si hacemos una comparación con el arte de la música, que nos emociona a través del el sentido del oído, ¿a quién se le ocurriría intentar explicar y justificar la belleza de una obra musical? Estoy seguro que a Wolfgang Amadeus Mozart no se le ocurrió nunca hacer comprender sus sinfonías a través de las palabras, ni a los Beatles pretender que su canción "Yesterday" llegase al público a través de una explicación racional. El espectador, simplemente, recibe los estímulos de una obra de arte, de la cual tiene como es lógico la libertad de mostrar su agrado o desagrado, de disfrutar de ella o de quedarse indiferente, pero nunca el verdadero artista, que ha creado ésta obra, intentará complementar ni añadir a su mensaje, justificaciones para que dicha obra sea mejor comprendida ni valorada. Dejemos a los poetas y a los novelistas el arte de la palabra.
En mi escrito “Galimatías literario del arte actual” podrás encontrar con más profundidad mis reflexiones sobre éste tema.