“Un regalo para ella”: Un sustituto con cara de perro

[4/10] Al estilo de las comedias románticas de enredo, “Un regalo para ella” trata de mirar de manera ligera y sarcástica a las relaciones de pareja… cuando un tercero se cruza. El caso es que aquí ese “tercero” no es un donjuán seductor sino un bulldog inglés de pura raza, regalo de Jean-Pierre a Nathalie en su quinto aniversario de matrimonio. Con cara de perro mira el marido a “Tesoro” –nombre del intruso–, erigido en rival de los afectos de su mujer y origen de mil situaciones esperpénticas. Porque, en realidad, el perrito en cuestión es objeto de obsesivas atenciones por parte de una “madre” primeriza, lo mismo que de las iras de un príncipe destronado que no entiende el corazón femenino.

Sarcasmo e ironía para hablar de una sociedad enferma que, en su soledad y desquiciamiento, ha llegado a tratar a los animales como a las personas, y a presentar a éstas como seres dominados por sus aprensiones y caprichos. Empatía llevada hasta el absurdo y la paranoia en unos masajes para quitar el estrés del chucho, en unas sesiones de psicoterapia para perros –en realidad para sus amos, dirá Fanny Ardant–, o en unas vacaciones truncadas por la falta de apetito de una mujer y su cachorro separados por la distancia; eso por no citar al extravagante ricachón y su hogar perruno… del que huye como de la peste la despistada Nathalie. El problema de Jean-Pierre es que no percibe la necesidad de su mujer de volcar su afecto y atención en alguien que la necesite, que no ha reparado en que el instinto maternal tiene que brotar por algún lado… aunque sea con un sustituto que ronca, mete ruido al comer o…

Sin embargo, esta comedia se apoya en una idea simple que se estira y se repite hasta la saciedad con variantes poco originales, y que lo hace con un guión sin ritmo ni fuerza narrativa. Todo se anuncia y se ve venir a distancia, aunque ese segundo giro final de Jean-Pierre es tan imprevisible como forzado, y suena a una bajada de telón precipitada e injustificada. Tiene la cinta de Claude Berri –fallecido durante el rodaje– y de François Dupeyron algunos golpes cómicos conseguidos como esa conversación telefónica desde Ostende, pero no son muchos… y casi todo se nos cuenta en el tráiler. Abundan más aquellas situaciones paródicas sobre el trato dispensado a los perros (las visitas al veterinario, la custodia compartida por divorciados, las gafas…), pero reiterativas y tópicas.

Una vez más, estamos ante una película que pretende salir a flote gracias a la pareja de actores. Mathilde Seigner y Alain Chabat están bien y hacen lo que pueden, pero el guión no les permite ir más allá del estereotipo, con personajes sin profundidad psicológica ni sutilidad alguna, sin evolución convincente, y no es suficiente para salvar a esta fallida película del naufragio. También podemos rescatar el diseño artístico y la música ligera, pero poco más. No funciona como comedia de enamorados ni de entretenimiento, y tampoco gustará a los amantes de los perros, ridiculizados tanto como sus amos… con unas gafas de sol que les impiden ver más allá de sí mismos.

Calificación: 4/10

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En las imágenes: Fotogramas de “Un regalo para ella” – Copyright © 2009 Hirsch, Berel Films y TF1 Films Production. Fotos por Etienne George. Distribuida en España por A Contracorriente Films. Todos los derechos reservados.

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