Revista Talentos

Un relato: La magia

Publicado el 11 abril 2014 por Frink

Hace muchos años que no hacemos relatos, imaginense que era en los tiempos de los grupos de noticias. Lo dejamos de hacer porque nos salían historias muy tristes.
El proceso creativo es complicado y difícil, nosotros lo que hacemos siempre es buscar un tema y luego su canción, una vez que tenemos estas dos cosas desarrollamos la idea.
Elegir la canción es casi siempre lo mas fácil, por eso para leer el relato es imprescindible darle al play y leerlo con la canción de fondo.

Tal vez, la primera vez que sintió la magia, de forma muy insconciente, fue en esa excursión que realizó siendo muy niño por la sierra en la que vio una cruz en el cresterio sobre la llanada.
Luego vinieron años oscuros en los que la magia no se manifestaba, eso si, la sierra se convirtió poco a poco en su segunda casa. Muchos años, muchos años después surgió Lezao y entonces la magia apareció en toda su plenitud. Todo era magia, la cruz con la que soñó de crío estaba ahí junto a Lezao. La vida se tornó una continua carambola. Cuando quería algo sólo tenía que pedirlo y entonces todo se movía, se transformaba, se desplazaba para tenerlo en sus manos. La magia que conseguía ese beso de esa persona, ese collar, esa pulsera, ese trabajo, ese coche. La magia que le avisaba de los peligros: "cuidado ese coche de la derecha", "agárrate a esa piedra", "no vayas a esa excursión", "abrázate a mi". Nada le podía pasar. Todo tenía su recompensa. Si algo malo pasaba, algo muy bueno lo sustituía. No puedes comprar piso porque están muy caros, la magia lo arreglaba, volvían las carambolas, toma una casa en el campo, una casa en el lugar mas mágico de la llanada, junto a tu Lezao, a un paso de tu sierra, de tu  segunda casa, desde donde ves tu cruz que ya viste de crío. Se volvió invencible, inmortal, sin límites, completamente feliz, rodeado de ángeles y de dioses de todos los colores.
Pero todo se acaba y ahora en el hospital, haciendo guardia, se acuerda de toda esa magia que se le escapa de las manos, cuando mas falta le hace, cuando es mas necesaria, cuando nada puede hacerse, cuando todo parece perdido...
A veces olvida que la magia se alimenta de los sueños y que al hacerse mayor se llena de prejuicios, de odios y rencores y sueña menos.
Para papá.


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