Se trata de personas que conservan intacta la maquinaria sensorial necesaria "ojos y nervios ópticos", pero que tienen dañado el córtex visual, la región del encéfalo donde las señales se procesan para convertirse en imágenes. En resumen, estos pacientes pueden ver, pero su cerebro es incapaz de registrar lo que sus ojos ven.Numerosos trabajos han demostrado la realidad de este fenómeno cuya explicación aún es confusa. Según la teoría más extendida, otras regiones cerebrales que también reciben emisarios del nervio óptico mantienen una visión alternativa que facilita la orientación y que evolutivamente aparece ya en monos. Existe en todos los humanos, pero su efecto en estos pacientes es más llamativo, al actuar como una especie de sexto sentido.Según publica Current Biology, por primera vez un experimento ha demostrado que un invidente con este defecto es capaz de completar un circuito de obstáculos sin tropezarse con ninguno de ellos, pero sin ser consciente de verlos. La directora del estudio, Beatrice de Gelder, de la Universidad de Tilburg (Holanda), quiere ver en ello una esperanza para estos invidentes: "Los pacientes pueden hacer mucho sin sentirse tan atenazados por la convicción de lo que no pueden hacer", dice.
Un 'sexto sentido' permite a algunos invidentes esquivar obstáculos
Publicado el 23 diciembre 2008 por CarvaperSe trata de personas que conservan intacta la maquinaria sensorial necesaria "ojos y nervios ópticos", pero que tienen dañado el córtex visual, la región del encéfalo donde las señales se procesan para convertirse en imágenes. En resumen, estos pacientes pueden ver, pero su cerebro es incapaz de registrar lo que sus ojos ven.Numerosos trabajos han demostrado la realidad de este fenómeno cuya explicación aún es confusa. Según la teoría más extendida, otras regiones cerebrales que también reciben emisarios del nervio óptico mantienen una visión alternativa que facilita la orientación y que evolutivamente aparece ya en monos. Existe en todos los humanos, pero su efecto en estos pacientes es más llamativo, al actuar como una especie de sexto sentido.Según publica Current Biology, por primera vez un experimento ha demostrado que un invidente con este defecto es capaz de completar un circuito de obstáculos sin tropezarse con ninguno de ellos, pero sin ser consciente de verlos. La directora del estudio, Beatrice de Gelder, de la Universidad de Tilburg (Holanda), quiere ver en ello una esperanza para estos invidentes: "Los pacientes pueden hacer mucho sin sentirse tan atenazados por la convicción de lo que no pueden hacer", dice.
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