Un sueño, un espejismo..... Ligüerre de Cinca
Publicado el 28 diciembre 2014 por María José Luque Fernández
@sonrisasdecamaleo
Un increíble balcón sobre el río Cinca.
Parece que se acaba la carretera, pero no es así, continua montaña arriba, descubriendo hermosos lugares, placeres para la vista.Nos desviamos a la derecha y un aparcamiento no demasiado amplio nos da la bienvenida. No es un aviso, es una imposición. No se puede circular con ningún tipo de vehículo a motor por el pueblo.
Algún despistado llega hasta la ermita, pero pronto se da cuenta de que no es una broma. Imposible vadear aquellos obstáculos en medio de la carretera.
Imponentes las montañas parecen cortar el paso, y si no estas convencido arriesga un poco más y veras como por los otros dos costados el embalse impide el paso, salvo en embarcaciones a remo, hasta el desfiladero del entremón cuyo estrecho camino invita al intrépido caminante a acercarse hasta la presa.
Recrea tus sentidos, sin prisa, deja que te inunde el verdor del prado, el gris de la montaña, sus cortados donde anidan los buitres leonados.
Déjate llevar por los buitres o las águilas que acompasadamente sus alas agitan para pasar de repente, llevadas por las corrientes, a un armonioso, majestuoso baile en el cielo, oteando el suelo en busca de alguna pequeña presa.
Sobrevuela las viñas que dan origen a unos buenos vinos en la zona "El Somontano del Sobrarbe" y embriágate de este espejismo sobre el embalse de grado, aguas transparentes, aunque enjauladas del río cinca.
Miradores que bordean el pueblo por boscosos caminos cuyo final no es nunca previsible, caprichoso al nivel que el agua alcance.Ligüerre, un pequeño pueblo que normalmente tiene cero habitantes. En tiempos, fue uno de tantos pueblos obligados al abandono por la construcción de los embalses.Los fines de semana, puentes y vacaciones se puebla de gente, aunque tampoco en demasía. Es un goteo constante de visitantes a un grato, tranquilo lugar.
La armonía esta presente en cada rincón. Reconstruido con gusto, elegancia, manteniendo lo antiguo, lo tradicional, respetando la naturaleza en todo su esplendor.
La campana sobre la Iglesia en su torreón. No tengas miedo y empuja su puerta con decisión. Con suerte podrás observar como cuidadosamente su interior, totalmente destruido, esta siendo rehabilitado con hermosas imágenes.Palacio símbolo de la nobleza del siglo XVI, que antaño fue una casa fuerte dividida en tres bloques, torre al sur, centro la puerta, destinando la zona norte a la vivienda. La Casa Sebastián convertida hoy día en zona de alojamientos.Rincones llenos de historia, escudos, letras romanas sobre las puertas, arcos, bodegas convertidas en acogedores salones.Sabemos poco de su transcurrir, Se llamo Castillo de Ligüerri hasta el año 1.380 y que uno de sus más conocidos señores "Juan de Latrás" era un bandolero y que bajo las aguas se encuentran 22 hectáreas de los mejores viñedos de la zona.
Un pueblo reconvertido en leyenda, reconstruido, da igual por quién, un centro de vacaciones, un lugar distinto donde se respira calma y tranquilidad sin relojes, se paran al llegar. Sólo tienes que dejarte llevar y esperar a que se conecte tu ciclo biológico con el lugar.
Pasear y descansar, caminar por estrechos y boscosos caminos, descubrir pequeños pueblos casi abandonados, ermitas, ruinas de castillos como los de Samitier, escuchar el
trino de los pájaros, el croar de las ranas, la soledad del camino, el bullicio del agua, descubrir las siluetas del halcón, el águila real e incluso el quebrantahuesos, el rugir del viento en la tormenta, la luna llena....... Un baúl repleto de sensaciones de las que disfrutar.Texto: María José Luque Fernández.Fotografías realizadas por María José Luque Fernández.