En esta entrega contaré una experiencia de trabajo desconcertante donde gobernaba el caos y la vanidad, terminé concluyendo que todas las acciones que se sumaban para alcanzar el producto final era un sin sentido.
Aún no he aprendido del todo a ser selectiva con los trabajos, me gusta mucho trabajar, mantenerme en el tiempo ocupada de forma productiva, pero hay trabajos que aunque sean remunerados son vanidad y pérdida de tiempo, esta experiencia la viví en el 2018, con una pequeña empresa italiana que sostenía emprendimientos en diferentes campos, como el marketing digital, proyectos de financiamiento, artículos de moda, entre otros.
Me contrataron para desarrollar un trabajo en dos etapas, la primera, traducir el sitio web y todo el catálogo de artículos que pretendían vender en el mercado español, y la segunda, hecerme cargo de procesar las órdenes, entrega, devolución y todo lo relacionado a la atención al cliente.
Los artículos de moda de marcas comerciales, a pesar de no ser artículos de primera necesidad, tienen mucha salida en países europeos donde el poder adquisitivo es alto y se promueve un estilo de vida consumista. Esta empresa había comenzado a dar pequeños pasos en el mercado italiano y no dudaba en hacerlo en el mercado español.
Para empezar el trabajo de traducción tomó su tiempo, una vez finalizado pasé a la fase de entrenamiento el cual se llevó a cabo en el mercado italiano, aquí comencé a notar las debilidades del negocio y los pilares en el que se soportaba.
Vender artículos de moda, funcionará seguramente como muchos otros negocios, hacer dinero aprovechándose del deseo de las personas de "poseer cosas" aunque estas cosas sean inútiles, no resuelvan problemas y al contrario, sumen al problema ambiental con el simple hecho de consumirlas y desecharlas, y por ende repetir el ciclo, seguir poseyendo cosas y desechándolas.
Y con este fundamento, se operaba, al cual además se le sumaba por una parte la dirección de la sede, lugar que no coincidía con el que se indicaba al consumidor, esto con la finalidad de proyectar prestigio, por otra parte, estaba prohibido informar a los consumidores la procedencia de los artículos, ya que, los mismos eran made in China, cuyo prestigio se veía comprometido. Asimismo, la política de devolución por daños que implicaba una reparación duraba meses, lo que representaba dar excusas a los afectados. Los procedimientos administrativos, se dispersaban en diferentes herramientas digitales que incurrían en frecuentes errores, etc.
Trabajar en estas condiciones, derivaba en ocultar y/o evitar información, roces y abundantes desencuentros entre compañeros de trabajo. Un ambiente de trabajo cargado de estrés, quejas, amenazas, gritos, lágrimas y frustración.
Al final, trabajé por dinero pero mi corazón nunca estuvo allí, se tradujo el sitio web, se hizo el marketing para entrar al mercado español, en el primer mes se vendió un solo artículo, en el segundo mes decidieron no invertir y me entregaron una carta en el que prescindían de mis servicios. El que prescindieran de mis servicios, aceleró mi salida, tarde o temprano tenía que salir de ahí.
Aprendí que hay empresas en las que trabajar se hace insostenible y se comprometen valores. No se trataba solo de ganar dinero, sino de contribuir a una misión, una misión a la que no le vi sentido.
¡Hasta la próxima!