Y nada cambia. Y nos acostumbramos, lo “naturalizamos”. Es así. Siempre fue así. Nunca va a cambiar. Nunca. Nada.
¿Yo? Si... usted.Nada. Me indigno, me horrorizo.Y es así… interminablemente así. Todos los días, en todos lados. Y esta inacción alimenta la indiferencia, que alimenta la inacción y el mensaje nos deja perplejos, inmóviles… pero es claro: nada cambia.¿Y si cambiara? ¿Qué cambiaría?Nada… y volvemos a empezar.Mañana será otro día. Mañana, al leer el diario, al encender la radio… horror e indignación.¿Hasta cuándo?Magazine
Un triste día. Uno más.
Publicado el 23 febrero 2012 por Fimmerso
El horror, la indignación. Al leer el diario, al encender la radio, al mediodía en el noticiero. Siempre. Cada vez, todos los días. El horror y la indignación.