Alaska, 23 de julio de 2012,
Un nuevo día de bochorno. Los alrededores de la plaza de Salvador Seguí empiezan a llenarse de gente. Aunque el centro de la plaza, que abraza la estupenda Filmoteca, una explanada sin asientos con maceteros y un bonito suelo de mosaico de piedra calcárea portuguesa, está siempre casi vacío. Solo se despierta media hora antes de que empiece alguna película.
Un hombre se pone a mear en la fachada de la Filmoteca, esquina Sant Pau. Es sábado, son las doce del mediodía y Sant Pau va llena de gente que camina de Rambla a Rambla. Es una meada larga, demente y alcohólica. El hombre ha dormido en un portal cercano y debe sentir que la plaza es su lavabo.Algunas horas después empezará en la Filmoteca la película, "Haz conmigo lo que quieras", de Ramón de España, dentro del ciclo El Raval al Raval que la sala dedica este mes al barrio. Una peli del 2003, de cuando todavía éramos ricos. Para cuando haya empezado, la meada será solo un fósil húmedo.Si yo fuera poeta intentaría imágenes. Jugar, por ejemplo, a que el orín y la cultura sean una metáfora del barrio, tan contradictorio. O podría ponerme aún más estupendo. Decir que el hombre mea, en una sola meada, dos veces; en el Raval real de piedra mosaica, y sobre el Raval ilusorio de celuloide. El Raval al Raval. Pero no lo soy. Poeta, digo. Además, todo me parece demasiado prosaico. Al fin y al cabo, que alguien se saque la polla en la calle sigue siendo una excepción, incluso aquí, pero meterla y sacarla forma parte del ADN de este lugar, como dicen los modernos.El Raval sigue siendo, pese a los intentos, un asunto fisiológico.http://factorialossanchez.blogspot.com