Monjes shaolin
El monasterio de Shaolin es uno de los monasterios budistas más conocidos en Occidente. Fundado en el año 495 d. C, es Patrimonio de la Humanidad desde julio de 2010. Se encuentra a los pies del monte sagrado Songshan en la provincia de Henan, en la zona norte de China central, y es famoso por sus monjes guerreros, que son capaces de ejecutar increíbles proezas de fuerza, flexibilidad y resistencia. Los monjes Shaolin se han ganado fama mundial como auténticos guerreros budistas, a pesar de que el budismo es una religión que rehúye la violencia.
La leyenda cuenta que en el año 480, un maestro budista ambulante llegó a China desde la India. Se llamaba Buddhabhadra, pero en chino se le llamó Batuo. Fue Batuo el que inició en China la tradición Chan (Zen), según la cual el budismo se debe transmitir de maestro a pupilo, en lugar de a través de los textos.
Cuenta también la leyenda que quien introdujo el kung fu en Shaolin fue otro monje budista procedente de la India llamado Bodhidharma, que estableció una exigente rutina física para contrarrestar los efectos letárgicos de la meditación en los monjes.
Los monjes y el templo Shaolin vivieron diversas convulsiones políticas, cambios de dinastía y persecuciones, alternadas con períodos de auge y apoyo por parte de las dinastías Tang y Ming… a lo largo de los siglos fueron adquiriendo fama por su habilidad en las artes marciales e intervinieron en numerosas batallas y campañas militares.
Templo budista
Durante el régimen comunista de Mao la represión fue brutal: los monjes Shaolin eran castigados a latigazos en público, y el ejército rojo quemó templos, documentos, y obras de arte pertenecientes a monjes budistas.
El resurgir del templo Shaolin llegó de la mano del cine en 1982, gracias a la película El Templo Shaolin, protagonizada por Jet Li, que se convirtió en un rotundo éxito en China. Esto llevó al “boom” turístico de los años 80 y 90, que ha seguido creciendo hasta nuestros días.
De forma simultánea, la famosa serie de televisión Kung Fu se encargaba de popularizar las artes marciales chinas en Occidente a través del personaje de Kwai Chang Caine , un monje shaolin que recorría el oeste de los Estados Unidos en busca de su hermano utilizando como únicas armas su destreza en las artes marciales y el equilibrio interior que le proporcionaba su filosofía de vida. La serie contribuyó a alimentar el mito del Shaolin como símbolo de respeto y dignidad y dio inicio larga y exitosa carrera del kung fu como tema recurrente en la televisión y el cine, con ilustres ejemplos como Bruce Lee, Jackie Chan, o más recientemente, Kung-fu Panda.
Guerrero Shaolin en acción
Hoy en día el Templo de Shaolin, cuna del Kung fu, se ha convertido en una meca turística que recibe más de un millón y medio de visitantes al año y genera alrededor de 15 millones de euros en concepto de entradas para asistir a las exhibiciones de artes marciales que brindan los monjes, quienes también realizan giras por todo el mundo. Tanta es la popularidad y rentabilidad del templo, que incluso prepara su salida a bolsa para el año 2011.
Muchos han criticado la comercialización del monasterio y sus secretos, pero está claro que esos ingresos y la promoción que realizan los monjes-espectáculo garantizan la supervivencia del templo y su leyenda, además de promocionar la zona como destino turístico.
Conocer esta variante del kung-fu y aprender la filosofía shaolin se suman a las numerosas y poderosas razones que tenemos para viajar a China en 2011, año del conejo. En el mismo templo se puede asistir a clases y observar a los alumnos en pleno entrenamiento. Los viajeros pueden además disfrutar de la espectacular belleza natural del Monte Sonshang y concer la cercana ciudad imperial de Luonyang.