Hoy hace diez años de la caída de las torres gemelas, como sabéis, donde lamentablemente fallecieron más de 3.000 personas, desapareciendo uno de los símbolos de la ciudad que siempre había sido el viaje de mis sueños: New York.
Pero también hoy justamente hace una década de que llegué a Valencia desde mi pueblo natal, Benissa, para empezar a estudiar. Como todos, imagino, recuerdo como si fuera ahora el momento en que ví en directo en un bar atónito toda la barbaridad. Llegué aquí a Valencia como el que empieza una nueva vida, con todo un Mundo de cosas nuevas por descubrir y experimentar, sin mirar atrás, y se abría un completo abanico de posibilidades ante mi que no dejé de explorar, mayor libertad, mayores responsabilidades, y todo absolutamente todo por hacer, y en definitiva un gran y estimulante reto, empezando de cero para “crear” el que sería el resto de mi vida.
En estos diez años me han pasado muchas cosas, compartir piso, conocer muchísima gente nueva, vivir en Madrid, mi primer trabajo de lo mío como un objetivo logrado, dejarlo todo para montar mi empresa, lograr premios, pasar dificultades.., y en definitiva muchos momentos increíbles, algunos realmente duros, y en general creo que me ha pasado más en este último tercio de mi vida que en los dos tercios anteriores juntos, al menos que yo recuerde.. de hecho tengo casi para escribir unas trepidantes memorias la mar de entretenidas.
Me considero alguien ambicioso, en el buen sentido de la palabra, siempre estoy ávido de hacer cosas nuevas, de conseguir nuevos objetivos. Aún no he acabado el que tengo entre manos, y ya ando pensando en los 3 o 4 siguientes.. por aquello de: “No hay viento favorable para el que no sabe donde se dirige.“, me gustó el post de Martin Varsavsky sobre La impaciencia. Y eso, unido a mucho esfuerzo motivado por disfrutar al máximo de lo que hago y a mucha constancia (aspecto que me cuesta como a todos, pero que creo que consigo..) me ha llevado a hacer muchas cosas distintas e ir consiguiendo pequeños logros, quizás para el resto, pero todo un orgullito para mi, que uno a uno van asentando una especie de confianza en uno mismo que viene muy bien cuando te enfrentas a imposibles y a periodos bajos, porque de algún modo, a veces irracional, sabes que saldrás adelante.
Diez años son muchos o pocos años, según se mire, porque a pesar de que me parece ayer, para mi ha sido el tiempo suficiente para crecer e ir llegando hasta donde estoy hoy, orgulloso de lo recorrido e igual de expectante de lo que está aún por venir, que espero que sea tan interesante como lo anterior. Más que nada.. para dar un toque redondo a esas posibles memorias.
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