Lo que nos quedará en unos años...
Creo que me voy radicalizando conforme voy viendo que las decisiones que algunos iluminados ávidos de poder tomaron hacen treinta y cinco años nos conducen a un pozo sin fondo en el que la Deuda cada vez es más abultada, España está cada vez más estancada y por supuesto, los españoles estamos cada vez más pesimistas y hundidos. No es algo raro. De hecho, hace cuarenta años, los españoles nos parecíamos mucho a los yanquis. o trabajábamos o nos moríamos. Después vino la democracia, Europa y la politicástrica profesional (o cómo vivir explotando al pueblo mientras te votan cómo bobos) y ésto llegó a la cúspide del vividorísmo total. De hecho surgiría la figura del parado profesional, del chupóptero profesional y por supuesto del vividor profesional. Especies ambas que entroncan una jeta enorme con el hecho totalmente diferencial de haberse hecho a vivir sin trabajar y emplear las prebendas de un estado débil en su propio beneficio.Industria, agricultura y servicios.
El hecho constatable es que los tres sectores productivos fueron reconvertidos cuando Mr X aka F.González, alias el Yayo o el destructor de España, nos metió, por la puerta de atrás y cómo si fuera la panacea a todos nuestros problemas, que en aquella época eran bastante menores que en los tiempos actuales, en la inefable Unión Europea. Decir que, España, en los primeros ochenta, era un país con muchísimas más posibilidades de las que inicialmente parece haber tenido nunca. Nuestra Industria, nuestra agricultura y nuestro turismo tenían una prometedora salida. Desde Astilleros a Focos de inversión vacacional de primera índole, España caminaba, por sí sóla, hacía un futuro prometedor basado en una relación completa con los países iberoaméricanos, con el mediterraneo y con Europa, sin estar, claramente revueltos. España tenía de todo. Quinientos mil kilómetros cuadrados de prometedora Nación que, saliendo del sombrío franquismo se entregaba, sin pensar a la supernova de Europa que, a base de colocar politicastros se autofagocitaba sin que nos diéramos cuenta.
Así, hemos llegado al actual estado de las cosas. Una España en ruina, destruida desde su base al creernos poder mantener un ritmo de gasto que en nada casaba con nuestro ritmo de ingresos y sobretodo ser un país de muchos palurdos con ínfulas de prohombres. Así se ha tejido la España de las Autonomías. O de los chiringuitos de millones de gañanes sobresubvencionados. Así se ha creado un estado clientelar en que el buenismo se ha instalado por encima de todo permitiendo que, a partir de la idea, equivocada, de la universalidad, España debe de ser un Estado de Derecho basado en darlo todo sin pedir nada a cambio. Un efecto llamada que ha llenado nuestras instituciones, vía complejos de los que nos gobiernan, de enemigos más interesados en derruir que construir. De un buenismo que ha propiciado que no se pueda decir abiertamente que la inmigración produce, en muchos casos, criminalidad, que el islamismo gana posiciones gracias a la dejadez de nuestros desgobernantes. Del mismo modo hemos logrado un completo y radical antipatriotismo justo desde donde más se debería de promover éste extremo.
Gracias por hacernos sentir cómo una basura.
Ésto tan evidente, que todos sabemos y vemos, es algo que sin embargo supone un tabú, colocándote en el lado antidemocrático si perpetras la indecencia de sugerir que aquellos que abusan de su poder político sobre nosotros deberían estar, hace años, en la picota. La red clientelar se ha extendido y afianzado de igual modo que ya puedes medrar en la idea de que los que se quedan en paro deben de emprender, que los que están sin trabajo deben de dejar de lamentarse y establecer empresas, que no hay nada que hacer, es mejor, en muchos casos, vivir de la subvención y el paro. Es España un país de gente que lo dan todo por cosas que no producen ningún beneficio pero que nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos la burra cargada de conejos, o en nuestro caso particular del ladrillos inservibles. España finiquitó su industria, astilleros, grandes hornos, industria automovilística y auxiliares gracias a Europa, recibió ingentes cantidades de dinero por una agrucultura adaptada a los estándares europeos y se afianzó en un turismo de bajo perfil, adaptado a paises cómo Alemania, Francia o Reino Unido en plan chusco.
Así que así andan las cosas. Ser patriota ahora está de moda mientra dura el rebufo de la Eurocopa y aún es algo que no casa con la palabra facha. Dentro de unos meses ya veremos en que se tercia, pues España estará aún más arruinada, el gobierno nos estará apretando más las tuercas y todos los que aún tenemos la suerte de ostentar un puesto de trabajo, no tendremos más remedio que preguntarnos cada día si hacemos bien madrugando cada día para que ellos sigan viviendo de puta madre a nuestra costa. Si hacemos bien en rompernos la espalda para rescatar bancos a nuestra costa. O simplemente si es normal que paguemos putas, cocaina, puestos muy bien pagados en la ONU o mamadurrias varias a todos los politicastros con carnet que un día decidieron que no querian trabajar y que era mejor que todos nosotros trabajáramos por ellos. Aún espero que se invierta en Industria, en Agricultura, en Turismo y en Investigación, mientras seguimos soportando mas coches oficiales, politicastros e inútiles que muchos paises de nuestro entorno.
La insoportable sensación de ser sólo un esclavo.
Esclavos sujetos a un sistema pueril y sectario, más propio de la época feudal que de un estado moderno. Siervos de un país en que el dinero público es de nuestros amos, los nuevos señores politicastros que lo usan en beneficio propio y con el loable fin de convertir a aquellos que se lo dan en amebas idiotas afines y adictas a la subvención, el Per, el subsidio, las subvenciones y el dinerito fácil de la nómina de cada cual. España es un país de nuevos ricos que han visto cómo, de golpe, esa fuente de riqueza inmensa, eterna y fácil que era la arcilla cocida, la especulación por sistema y el dinerito sencillo obtenido del banco corrupto de turno se han desvanecido cómo por ensalmo dejándonos al descubierto que nuestros politicastros no han hecho nada por mantener o perpetuar una Industria, sistema agrícola o mantener un sistema turístico de calidad. Más bien, lo único que han logrado es forrarse, hincharse cómo cerdos y salir impolutos sin asumir ni una sólo responsabilidad de una gestión nefasta y sumisa a las directrices contrarias al principio de soberanía nacional. Al fin y al cabo debe de ser nuestra maldición, estar siempre gobernados por nuestros propios traidores.
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