La mama, ya fuera de sí, le grito nuevamente - Deja de hacer ruido, si no lo haces, voy a hacer que te acuerdes de mí…-
El niño siguió jugando, la madre aventó las cosas que tenía en las manos, corrió a donde estaba jugando su único hijo y ciega de furia le dio la lección que le había prometido; una lección donde el niño aprendió a jugar sin hacer tanto ruido… Así cómo también tuvo que aprender a comer de nuevo, a caminar nuevamente, a hablar cuando pudo de nuevo emitir palabras, cuando después de varios meses despertó del coma que le produjeron los golpes que recibió, cuando la madre decidió, darle esa fuerte lección.