Revista Talentos

Una huelga y sus consecuencias

Publicado el 10 octubre 2014 por Etiperez
Una huelga y sus consecuenciasHa amanecido nublado y estoy encantada de ver de nuevo el gris en el cielo, sonrío desde la cama envuelta en el edredón y dedico los primeros cinco minutos del día a deleitarme con la gama de colores que me ofrecen las vistas, el vivo rojo de las hojas de los árboles propio del otoño y previo a la desnudez total que nos ofrecerán en el invierno, el verde de la hierba que a estas horas es brillante por el rocío que la baña, el señor que está poniendo las calles que anda un poco tarde hoy…… las temperaturas no bajan y eso hace que los días sean estupendos, grises y templados... !pi-pi-pi-pi¡ el despertador me avisa que ya han pasado los 5 minutos de asueto y automáticamente desparece la sonrisa de mi cara, me levanto de la cama e inesperada e inexplicablemente caigo estrepitosamente contra el suelo -¿que ha pasado?? me pregunto atónita y dolorida.
La causa de la caída la encuentro encima de mi mesilla, un panfleto firmado por mis piernas en el que las muy capullas han decidido iniciar una huelga para protestar por el salvaje tratamiento al que las estamos sometiendo. El método “quebrantahuesos” le llaman a la hora y media de gimnasia a la semana, ¡que exageradas por Dios!.Dejo el panfleto en la mesilla y me arrastro hasta el baño antes de que me explote la vejiga. Me desplazo haciendo fuerza con los antebrazos y poco a poco voy ganando metros, llego hasta la cocina y en un último esfuerzo (de mis brazos) logro aposentar el culo en la silla, hasta que no me tome un café no puedo pensar, sólo sé que estas tías (las piernas) se van a enterar.
Mum se arrastra por la cocina para traernos una humeante taza de café y desarrastra el camino arrastrado para seguir preparando los bocatas del almuerzo de los chicos, esta mujer está chapada a la antigua y es de la opinión que un buen bocata de chorizo, salchichón, chocolate o queso les alimenta mucho más que cualquier bollería industrial de esas que venden a precio de oro, los chicos saben de su batalla perdida en este tema así que ya hace algún tiempo que desistieron  pedirle que incluyese en el carro de la compra cualquiera de estos productos. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho y mira que lo tiene generoso!! (el pecho digo), siempre velando por el bienestar de sus pequeños y eso que esta semana está alterada y se ha enfadado con ellos porque cuando la miran sólo ven una criada, cofia incluida, puesta ahí para satisfacer sus necesidades y como no podía ser de otra manera se ha plantado y ha decidido hacer huelga (a ésta se la permito porque la chica no hace más que currar), no les lava la ropa ni les hace la cena, no recoge sus habitaciones, únicamente les pone los almuerzos para evitar males mayores como el que puedan ser expulsados del colegio por robar bocadillos a compañeros, los chicos (que ya no son bebés) le han pedido perdón de todas las maneras posibles pero ella sigue con su propósito de no dejarse doblegar por estos pequeños tiranos, ya veremos en que acaba todo (más o menos lo intuyo… abandonará la huelga y en unos días todo volverá a ser como antes).
Saboreo el café mientras busco una solución a la otra huelga, a la de mis piernas, con el último sorbo se me enciende la bombilla ¡tin!, mando whatsapp a Bolero y a Auti contándoles lo ocurrido y la solución que he encontrado y  como es de esperar tengo su apoyo incondicional así que les comunico a mis piernas de manera oral (por no arrastrarme hasta la mesa donde están los bolis y el papel para poder hacer el comunicado de manera escrita) que respeto su derecho a la huelga pero que se hará como yo diga, y ésta va a ser a la japonesa, así que sino querían taza van a tener taza y media, les comento que se acaban de cargar el día de vacaciones que les iba a dar hoy para dejarlas reposar un poco,  por lo que, a parte de la sesión de "quebrantahuesos" de los miércoles van a pedalear todos los días independientemente del clima y es que ¡la han "cagao"¡.
Tirada en el suelo me fumo un cigarro mientras las veo a través de la ventana ascender el Mortirolo bajo una torrencial lluvia, ya va siendo hora de que se enteren que aquí la que manda soy yo y no admito huelgas injustificadas.
Cuando las pierdo de vista y con sonrisa maliciosa en la cara me arrastro por el pasillo camino a mi apartamento, me cruzo con Vany que, a pesar de hacerlo de manera más sensual y con cuidado de no romperse ninguna uña, también se desplaza arrastrándose y en mitad de una charla intrascendental mantenida a la altura del suelo comienza a oírse unos sonidos cada vez más cercanos y ensordecedores que proceden de la calle.
- Que es todo ese ruido ? le pregunto, me pone cara de no tener ni idea levantando las cejas y torciendo el morro, nos acercarnos (arrastrándonos) a la ventana, ambas ojo pláticas contemplamos incrédulas lo que las vistas nos devuelven, una manifestación multitudinaria de hormonas se dirigen al edificio, avanzan jaleando gritos y portando pancartas, comienzan a rodear “villa hemisferios”, a la par que esto ocurre se oye un –beep..beep…beep ¡es el móvil avisándonos que hoy es el inicio del periodo!!!…- ¡¡¡joderrr!!!! .Sin falta de decir nada ambas nos damos media vuelta y nuevamente nos arrastramos, esta vez con dirección al hall para abrir la puerta a la odiada visita mensual.
Pues vaya mierda de día con lo guay que había empezado con las hojitas rojas de los árboles y el verde metalizado de la hierba.....!!

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