Una lanza a favor del Erasmus

Publicado el 25 noviembre 2012 por Laurasan_

Sigue en el aire por parte de la Unión Europea el continuar financiando el programa Erasmus, soluciones que se plantean son el disminuir el número de becas o reducir la cantidad percibida por los becarios. En España habrá retrasos en los pagos de este año. Que desaparezcan estas becas puede parecer una tontería para muchos que opinan que hay cuestiones mucho más importantes, sin embargo este programa es muy beneficioso para la juventud española pues no sólo aporta la mejora lingüística, académica y cultural de los estudiantes sino que los ayuda a madurar y desenvolverse en países extranjeros dándoles perspectivas laborales más amplias. Sobretodo, con las cifras de paro que hay en España, este programa hace que muchos universitarios sigan teniendo motivación por acabar sus estudios pensando en obtener trabajo en otros países.Los que dicen que la gente que hace el Erasmus se pasa un año de fiesta, que digan misa, esta es mi historia;
Compartía piso con unos españoles en una calle que era ancha un metro y medio, pasamos un frío tremendo en uno de los inviernos más húmedos en Venecia. En noviembre, nos despertábamos por la mañana con la sirena de los bombardeos que indican el Acqua alta, aunque a veces alguno de los del piso no se enteraba y bajaba las escaleras en playeros y al llegar abajo metía el pie de pleno en la laguna. Era difícil hacer la compra y sobrevivir en el intento, nos fuimos olvidando de comer carne, y pescao? Eso ni pensarlo, bueno, estaba el spritz y la pizza en piazza santa Margherita, y también la tortilla y el jamón que algún familiar traía a alguien y entonces se hacía una fiesta.Después de unos meses nos acostumbramos, yo me mudé fuera de Venecia, a Mestre, y tuve que comerme las palabras dichas meses atrás "Teniendo la oportunidad de vivir en Venecia no me conformaré con vivir en el Avilés del Veneto!"Mayo fue un mes tremendo, iba a la universidad y, a la vez, a un curso en una galería, además  tenía que estudiar para los exámenes. Aprobar todo y conseguir el trabajo para el verano fue la culminación del año. Hacía de "guardia sala" o sea vigilar a los visitantes del Pabellón mejicano en la Bienal de Arte. Ocho horas en silencio sin ningún visitante que se le ocurriera hacer alguna tontería, a veces en una sala oscura viendo miles de veces el mismo vídeo. Cuando llegaba a casa tenía 10 minutos para ver a mi chico antes de que él se fuera a trabajar, así que muchas veces me iba con él, yo en bus y él en bici, y a la vuelta, por la noche, los dos en la bici. Por la mañana salía de casa en Mestre, todo estaba sucio, viejo, cutre, en el centro social un vagabundo dormía en la puerta. En el autobús la gente entraba a empujones, cuando no había huelga  y había que correr al tren. En el jardín de la casa de al lado, tras la valla había un pájaro muerto y pasaron más de 20 días sin que nadie se ocupara de él. En fin, Mestre no es precisamente el lugar que imaginas cuando piensas en vivir en Italia, y por supuesto mi vida no se parecía en nada a aquella postal que me imaginaba el año antes. Pero había conseguido todo lo que me había propuesto y eso me hacía realmente feliz. Además todo lo feo se olvidaba en cuanto ponía el pie en Venecia.Fue la primera vez que pensé que podría ser independiente, que podría trabajar de lo mío, que podía conseguir lo que me propusiera. Fue un momento culminante de un año lejos de casa, el año del Erasmus.