Una luz en memoria de arancha

Publicado el 03 junio 2011 por Mariaelenatijeras @ElenaTijeras
El domingo saltaba a los medios de comunicación una nueva y espeluznante noticia de que un hombre asesinaba a sangre fría a su pareja de hecho a escasos metros de la puerta de su casa. Estaban en trámites de separación. La víctima, una buena muchacha madre de dos niños, encontró la muerte sin que nadie pudiera hacer nada por ella, cuando llegó la ambulancia un último suspiro de vida abandonó su cuerpo dejando dolor y rabia contenida en la familia. Desde que supe quién había sido la víctima a través de los niños del colegio donde estudian mis hijas no puedo quitármelo de la cabeza, ¿cuánto tiempo tendrá que pasar para que una mujer que se  esté separando pueda salir a la calle sin sentir ese miedo? ¿cuánto tiempo tendrá que pasar hasta que se comprenda que la solución no está en el asesinato? Leyendo la noticia en una página web me quedé  sorprendida y horrorizada de que haya comentarios a la misma en la que se digan que "hay que analizar los hechos homicidas con sus causas" ¿pero cómo es posible que se piense que para un ASESINATO, con todas sus letras, haya una causa justificable? ¿ acaso nos podemos escudar en algún motivo para comertelo? Ese hombre estuvo esperándola más de tres horas a que saliera a pasear al perrito que tenía la familia.
 Desde luego no creo que porque te vayas a divorciar y tengas que dejar el domicilio en pro del bienestar de tus hijos tengas el derecho de matarla con un cuchillo ¿¿recién comprado?? ¿Acaso este hombre  iba ya con su plan trazado?. A ver quién es el valiente que le explica a sus hijos y que logren entenderlo, que su madre está muerta porque su padre  se creyó en el derecho de matarla con un cuchillo.
¡¡¡BASTA YA!!! Me niego a creer que esto vaya a seguir así por mucho tiempo, hay que crear un ambiente de igualdad verdadera en el que un hombre destierre de su mente que para conseguir salirse con la suya la única solución sea llevar a cabo semejante salvajada de la que solamente conseguirá odio y rencor de por vida por parte de todos los que le rodean. Ojalá pase tantos años en la cárcel que los remordimientos consigan acabar con él. No puedo desearle nada bueno, mi corazón no me lo permite.