Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras
con toda la piel, con las uñas, con los dedos.
¿Ves? Mis dedos.
Aquí donde termino y donde empiezo.
No sé por qué nos dicen que en los dedos
no pueden florecer los sentimientos.
¿Ves? Tus dedos.
Allí donde terminas y donde empiezas.
Déjame que te quiera con mis dedos,
pulsándote apenitas, apenitas,
rozando tus caderas en un largo
descenso por colinas infinitas.
Que mis dedos te besen el ombligo,
que mis dedos se curven en tus senos.
Que mis dedos se abran como un cofre
lleno de flores perfumadas, lleno.
Que con las puntas de tus dedos
paseando por mi vientre, por mi pecho,
tocando mis costillas una a una,
haciéndome cosquillas en el cuello.
Explórame despacio, soy un mundo
por vos todos los días descubierto,
estoy abierto a toda la ternura
escondida en la punta de tus dedos.
Sí, claro que te quiero con el alma,
pero también te quiero con el cuerpo.
Te quiero toda y quiero que me quieras,
con toda la piel, con las uñas, con los dedos.
ALBERTO GAMBINO
Etiquetas: Palabras de amor, poema, poesia