Una muy mala noticia.

Hoy papá me ha dado una muy mala noticia.
No sé si os conté que poco antes de quedar embarazada de David, papá aprobó una oposición para la Agencia Estatal de meteorología, pero que no consiguió plaza en Valencia sino en la isla del Hierro.
Al poco de trasladarnos allí descubrimos que estaba embarazada y en la semana 20 de embarazo yo volví a Valencia. Un tiempo después, cuando David tenía pocos meses, le concedieron una comisión de servicio y le destinaron a Albacete, de manera que, como trabaja a turnos de un dia de cada seis, hace su trabajo y vuelve a Valencia. Hace unos meses salió un concurso de traslados y solicitamos la plaza de Albacete para tenerla en propiedad, ya que el esta ahí en comisión de servicio y su plaza "titular" es la del Hierro.  Pues resulta que no se la han concedido, dejandola desierta y, por si esto fuera poco, le han dicho que como van a tirar a la calle a todos los interinos, en el Hierro se quedan sin trabajadores y que lo va a reclamar para que vuelva a ocupar su puesto en enero.
Así que de un día para otro nos encontramos con que seguramente tengamos que trasladarnos de nuevo a la isla. Papá está moviendo cielo y tierra tratando de encontrar una solución y hacerles cambiar de idea,  pero no es nada facil y se nos acaban las opciones.
LLevo todo el día tratado de digerir la noticia y a ultima hora de la tarde se me ha venido el mundo encima. No me hago a la idea de volver allí...es uan isla preciosa, pero no es mi sitio. Cuando estuve anteriormente no conseguí adaptarme. Y por otro lado me duele muchísimo volver a hacer pasar este mal trago especialmente a mi madre, que ya sufrió mucho la vez anterior y ahora encima con el agravante de que nos llevariamos a su nieto. Para nuestras familias sería muy duro.
Y por otro lado, me he estado esforzando mucho por encontrar mi sitio aquí, haciendo lo que me gusta y llevando la vida que quiero en mi casa, con mi gente. Esto supondría cerrar la puerta a muchas ilusiones.
Pero lo más importante es que nosotros nos mantengamos juntos, así que iremos con papá donde tenga que ir. Ojala ocurra algo que cambie la situación y podamos seguir en casa tan felices como ahora.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y no quiero tirar la toalla,  pero ahora mismo lo veo todo muy negro y lo estoy pasando bastante mal.
Mañana será otro día, tendré a papá aquí para darnos ánimos mutuamente (hoy está trabajando) y espero ver las cosas de una manera mas optimista. Sé que no es el fin del mundo, pero no puedo evitar sentirme muy triste. 
Os seguiré informando.