Revista Literatura
Una relación de amor y odio: la especulación en Internet
Publicado el 02 julio 2017 por Emiliomolinar @EmilioMolinaRHoy quiero hablaros de un tema que, a día de hoy, sigue levantando ampollas y no sin razón: la especulación existente en Internet, en especial en páginas como eBay por citar a la, quizá, más conocida a nivel mundial aunque por supuesto hay muchas más. En este post me voy a centrar en lo que mejor conozco, los videojuegos, pero es evidente que no es este mercado el único que sufre en mayor o menor medida los estragos de la especulación.
Empezaré comentando qué es lo que se entiende por especulación. La especulación no es otra cosa que la adquisición de productos para su posterior reventa a precios abusivos, aprovechando ciertos aspectos del marco temporal en el que se realizan como por ejemplo su rareza al existir pocas unidades, su estado o, como sucede ahora con lo "retro", una fiebre en algunos casos desmedida por su posesión y consumo. Este es un mal contra el que han de lidiar los coleccionistas que, en su afán por completar o agrandar su colección, se topan antes o después con los especuladores para, en ocasiones, terminar pasando por el aro porque no hay otro camino para conseguir esa ansiada nueva pieza.
¿Se puede luchar contra la especulación? Naturalmente, y la solución es tan simple como no comprar nada que veamos que ha visto su precio inflado. Parece sencillo, pero, ¿qué pasa si nos vemos en la tesitura de tener frente a nosotros aquello que llevamos tanto tiempo buscando sin éxito y somos conscientes de que será muy difícil, por no decir imposible, que podamos ser dueños de ello a un precio menor? No es fácil resistir la tentación y por eso la especulación sigue viva en el mundo del videojuego y en tantos otros.
No obstante, hay casos en los que la especulación queda "justificada" de algún modo. Uno de ellos sería el que ya he mencionado de la escasez de unidades. El mejor ejemplo que conozco sería el de un juego de Sega Saturn, el "Panzer Dragoon Saga", en su versión europea, que ya en su época fue un producto muy difícil de conseguir pues este mercado vio apenas 15000 unidades lanzadas. Imaginad, solo 15000 unidades para toda Europa pero por si eso fuera poco se da además la circunstancia de que no es un juego reproducible en nuevos formatos ya que el código original se perdió. Estos factores han hecho que las pocas unidades que se venden estén por encima de, como poco, los 400 euros aunque he llegado a ver alguna copia que supera los 1000.
En relación al otro caso que quiero exponer habría que echarle la culpa de lo que sucede a la compañía dueña del producto porque no hablamos ahora de cosas antiguas que ya no es posible conseguir fuera de los cauces de compra venta de segunda mano sino de artículos nuevos. Me refiero a Nintendo y a lo sucedido con su NES Mini, algo que seguro se repetirá con la nueva Super Nintendo Mini que saldrá pasado el verano. Hay que decir que la tremenda acogida que tuvo la primera sorprendió a todo el mundo y, probablemente, a la propia Nintendo. Sin embargo, no es aceptable que algo que acaba de salir tenga en la red un precio multiplicado por 4, 5 o casi 10 respecto al original. "¡Qué locura!", pensaréis, pero lo cierto es que se venden porque la demanda y la escasez son tan grandes que arrastran a algunos al desembolso de enormes cantidades de dinero para poseer una unidad. Los especuladores lo saben y se mueven rápidamente, comprando varias para luego revenderlas en periodos de "sequía" y sacar así una buena tajada que no tendrían si se hubieran lanzado muchas más consolas de golpe en lugar de sacarlas a cuentagotas. Lo mismo sucede con las "ediciones de coleccionista" de muchos juegos y con otros artículos que, dado su limitado número, acaban formando parte del catálogo de los especuladores.
En mi opinión, la especulación jamás desaparecerá porque siempre habrá alguien en el mundo que acabe comprando, por un motivo u otro, un producto cuyo precio está muy por encima del que por sentido común debería tener. En esto tengo que entonar yo también el "mea culpa", pues no soy ajeno a lo que acabo de describir a pesar de estar, como es lógico, totalmente en contra de los métodos de esta gente que se aprovechan de las "necesidades" y deseos de los demás para lucrarse. Es por ello que he hablado de una relación de amor y odio al respecto porque no poder aceptar que existan los especuladores pero acudir a uno para conseguir lo que se ansía es uno de los dilemas más complicados a los que yo y muchos otros nos hemos visto obligados a hacer frente por culpa de nuestra afición.