Esta semana me ha traído muchas experiencias. Agradables casi todas (una no tanto), aunque todas enriquecedoras.
He de reconocer que estaba como un flan, porque lo mío es escribir, una tarea íntima y solitaria. Lo de hablar en público, mostrarme a los demás, hablar de mis cosas, eso no se me da tan bien. A pesar de mis miedos y dudas, lo pasé muy bien.
El periodista Aureli Vázquez me sacó los colores y el escritor Javier de Pilar no ayudó a que me bajara el sofoco, pero poco a poco recuperé la tranquilidad y pudimos hablar tranquilamente de Maite, Víctor, Adrián y Mauricio, del amuleto escarabeo y de Nefertiti. Llevaba un escrito por si me quedaba en blanco, pero no hizo falta, las preguntas de mis acompañantes hicieron de la presentación una charla amena y distendida en la que también pudieron participar los asistentes. La trama, los personajes y las técnicas de la autora a la hora de escribir (o sea, ¿cómo te lo montas para trabajar, tener una familia y escribir????), además de las circunstancias de los premios Imprimátur, nos dio para una tarde de lo más entretenida.
El sábado por la mañana estuve en la televisión de L'Hospitalet y, aunque la experiencia fue muy aleccionadora y no tuve nada de nervios, no puedo decir que me gustase. Al parecer la televisión me produce el mismo efecto desde fuera y desde dentro. Todo es muy artificial y frío.
Después acudí a la recepción de los autores y autoras de L'Hospitalet, en un acto que organizaba el Ayuntamiento de la ciudad para presentar la publicación "Ciutat plural, llibres singulars. Autors i autores de L'Hospitalet 2009-2010" i la web " L'Hospitalet escriu", que recoge la producción literaria de la ciudad y está producida por Bibliotecas de L'Hospitalet.
Para acabar el día y, podríamos decir, poner el colofón a una semana intensa, mi hijo Guillermo y su grupo That's All (sí, el nombre es por eso que estás pensando), daban su primer concierto y he de decir que disfruté mucho porque me gusta la música que les gusta. Pero, sobre todo, como la madre que soy, procurando muy mucho que las babas no me manchasen la camisa.