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Una sociedad acechada

Publicado el 28 junio 2013 por Eduardocarranzagazzani @ElPeriodicoPeru

El Mundo al revés. Donde nada el pájaro y vuela el pez. 
Por Luis García Miró Elguera. (Diario Expreso). 
UNA SOCIEDAD ACECHADA. 

Salvo que pronto ocurra un milagro, las futuras generaciones de terrícolas no van a conocer –como sí lo hemos gozado sus mayores, hasta hace muy poco– de qué se trata aquel preciado derecho a la intimidad. Cada vez la vida privada es más pública. Cada día la gente es menos dueña de sus almas. Conforme avanza el tiempo la aldea global tiende a interiorizar en el alma ajena. Todo un atentado contra el principio de la confidencialidad; una conjura que sofoca la discreción personal y que significa un retroceso para la humanidad pues nos deriva a las antípodas del derecho naturalísimo a la reserva individual.

En el Perú, por lo pronto, ha desaparecido la privacidad en las comunicaciones. Incluso se ha perdido el derecho a movilizarse libremente sin estar expuesto al acoso de algún paparazzi o al registro de una cámara oculta, sea municipal, policial o particular. En todo momento estamos furtivamente vigilados dizque por seguridad. Aunque la razón, sobre todo, es saciar el morbo de los progre, gente que al amparo de la excusa de batallar contra la corrupción nos ha incrustado un perverso mecanismo de control ciudadano, cual maquiavélico instrumento de poder sociopolítico. Esto lo acredita el universo de soplones, investigadores o dateros que “chuponean” a todo el país, facultados para acabar con la inviolabilidad de las comunicaciones y destruir el privilegio de desplazarse en libertad. Dos beneficios que, en teoría, nos garantiza la Constitución. No obstante ambas prerrogativas las viola un sistema canalla que alimenta a la prensa afín a la progresía, permitiéndole publicar las más íntimas situaciones de personas a quienes el establishment caviar decide aniquilar mediáticamente, bajo la excusa de erradicar la podredumbre. No hace falta que exista la orden de un juez. La vigilancia arcana la manejan a solas los capos de aquella mafia progre que monopoliza en el Perú la moral y la buena conducta.

Pero el acecho ocurre en todo el orbe con motivo de luchar contra el terrorismo, el abuso de los gobiernos o el crimen organizado. Los países del primer mundo espían y los particulares también. El cleptómano informático Julian Assange, de Wikileaks, es un ejemplo; lo mismo que el topo Edward Snowden, el prófugo soplón de una empresa particular de vigilancia subcontratada por la CIA para fiscalizar los correos electrónicos y llamadas telefónicas a nivel planetario. Como solía practicarlo el recordado personaje orwelliano Winston Smith, del “ministerio de la Verdad”, gestor del término “Big Brother is Watching You” que encarna al Estado todopoderoso que supervisa la vida reservada de la gente. Hoy las personas somos seres binarios. Buenos o malos, según lo decida un enjambre de computadoras que administran redes de cámaras y micrófonos sembrados en calles, plazas, tiendas, clubes particulares, baños, aeropuertos, humillando de la forma más basta a los seres humanos con su fisgoneo. ¿Hasta dónde llegará esta grotesca intromisión en la intimidad de las personas?

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/una-sociedad-acechada


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