Fuimos en la tarde a ver de nuevo el mar. Se había retirado la marea y hacía un espectáculo de destrucción, almejas y calamares abandonados, mientras los patos y gaviotas cazaban.
El agua que quedaba entre las piedras reflejaba el cielo, y se podía caminar sobre el agua viendo ese reflejo.
Tarde nublada y algo fresca, pero con el caminar vamos entrando en calor. Mañana volver.
No deja de estar melancólico el corazón y expectante el cuerpo.
La marea bien retirada, el mar terapéutico y los signos de la destrucción
Una sola ave marina atada a su destino picotea el corazón del calamar
Dice algo ideal y memorable de todos los O J O S puestos en el libro.
Algarrobo, feb 2018