Una tarde cualquiera

Dicen que cerca de la playa han encallado dos cargueros debido al temporal del otro día. He salido a comprobar cual es el estado de las cosas. Casi me ha sorprendido más la cantidad de gente que me he encontrado, parecía la salida del cine. Seguramente esto es más interesante e insólito que la bazofia que sacan por la tele a esta hora. Han acotado el terreno hasta el mismo borde del mar para que la marabunta no dañe la flora que habita en las dunas cercanas a la orilla. No ha servido de mucho a la vista de como ha quedado todo. Los que se han acercado hasta aquí ni siquiera sospechan que ellos son realmente el espectáculo, actores y observadores al mismo tiempo de una gran performance, teniendo como decorado de fondo un horizonte plagado de embarcaciones que salen o se dirigen al puerto y con una luz rica en matices amarillos, grises y malvas. Cuando llegue la noche regresarán a sus casas contentos. Al día siguiente contarán en otros escenarios que estuvieron allí, donde los barcos. Hacía un tiempo ideal y había tanto curioso y tanto coche que no se oía ni el rumor de las olas. Algunos, incluso, estaban chapoteando dentro del agua. Acaba la jornada y desde mi posición no se distingue actividad a bordo, apenas unos pocos marineros disfrutando del atardecer y sin prestar atención, yo creo, a las visitas que un día más han recibido. Por cierto, como tantos otros, me he hartado de hacer fotos.
Referenciashttp://www.vakawapa.esBARCOS, EMBARCACIONES