Hoy, B descubrió una tarjeta de cartón protegida con plástico, con el número 16; un "16" negro sobre rosa fosforescente. Una tarjetita de las que dan en la paquetería del supermercado para identificar lo que se ha dejado ahí, y recogerlo después; pero nada de fábrica: una manualidad -derechita y bien cortada-. La sacó de la bolsa de su papá y anduvo de aquí para allá con un gusto que duró un ratote, poniendo la tarjetita en una cornisa, en una ventana, en una cortina, en el piso, dejándola y volviéndola a tomar; llevándosela a la boca -por supuesto- y examinándola con detenimiento. ¡Qué cosa más maravillosa!
Silvia Parque