El Club de los Libros Perdidos
Unos pocos días antes de la Navidad, un hombre vio cómo su hija estaba malgastando una gran cantidad de un caro papel de regalo dorado, intentando envolver una caja, a la pobre no se le daba nada bien y ya había arruinado mucho del papel en sus fallidos intentos anteriores…

Nada más ver todo aquél desperdicio, su padre le empezó a regañar:
- ¡No malgastes así el papel, Isabel, no nos sobra el dinero para ir comprando más!
La niña, muy triste, se marchó a dormir y a los pocos días, en la mañana siguiente de la navidad, le regaló esa misma caja a su padre, envuelta en el papel dorado que había gastado. Al ver la caja envuelta, su padre se arrepintió de sus duras palabras, y muy contento abrió su regalo.
Pero la caja estaba vacía.
De nuevo, el padre volvió a regañar a la pequeña, aún más amargamente:
- ¡Isabel! ¡Esta caja está vacía! ¿Para qué me regalas una caja vacía? ¡No quiero esto! - gritó su padre, muy enfadado.
-Papá, la caja no está vacía- se excusó la niña entre lágrimas -. En esta caja he puesto un montón de besos que quiero que guardes para cuando los necesites.Su padre, conmovido, sintió mucha vergüenza por haber regañado tan duramente a su hija y haber sido tan injusto con ella, y le pidió disculpas.

