Cuando no pides, ni imploras, la esperanza despliega sus alas de ángel y renace la vida.
Cuando un aeropuerto se viste de gala para esperar tu llegada.Cuando vienes a mí, y en un beso de algodón de azúcar perfumas la promesa de una nueva resistencia y un vuelo por alzar.Hemos muerto tantas veces tú y y yo que sólo juntos podremos seguir renaciendo.Juez y parte de mis sentencias.Beso de agua que siempre amanece, pese al paso del tiempo, el recorrido, el no andar finos, como una tromba de agua fresca en la saliva de nuestras lenguas enlazadas.Quererme y quererte, saber que ahí seguimos uno en otro, es renacer. Un no rendirse.Y entonces pienso, que en un minuto te puede cambiar la vida, sí. En tan solo un minuto.Para bien o para mal.
Pero que c
uando la vida te cubre con esa tromba de agua fresca, a pesar de las lluvias persistentes de un París que hoy sólo será nuestro, el sol calienta cualquier tempestad.Gracias por venir... ;-)P.S. No sé el porqué pero blogger no me ha permitido hasta ahora dejar comentarios en vuestras casas.
Ya me voy poniendo al día de a poquitos...