A continuación os dejo con la particular visión del Manifiesto Abla2010, sus impresiones, y la opinión de lo que se debería hacer del mismo del compañero y amigo Alberto Puyana. Espero que sea enriquecedora y nos dejéis vuestros comentarios.
@carlosnunezoENTRE EL DOSPUNTOCERISMO Y EL DOSPUNTOCERO-ESCEPTICISMO
Entiendo que la situación actual dentro del panorama del Dospuntocerismo Sanitario después de los acontecimientos de Abla merecen una reflexión “a toro pasado”, y me van a permitir que sea el que le ponga otro punto de vista distinto al manifestado por muchos colegas bloggers/sanitarios.
Quiero dejar claro tres puntos antes de manifestarme, para que no haya lugar a dudas:
1º) No asistí al encuentro de Abla. No porque no quisiese sino porque las obligaciones me lo impedían.
2º) No participé en la elaboración del Manifiesto Abla 2010.
3º) A pesar de todo esto, apoyo dicho Manifiesto y en mi blog dejo constancia de mi adhesión a tan noble causa.
Ahora bien, creo que en ciertas cosas se nos está “yendo la olla”, y me explico.
La ola imparable de horizontalidad, desvirtualización y buen rollo está provocando una especie de “levitación orgásmica” que no nos permite discernir correctamente la realidad. Hemos entrado en el mundo de TRON y nuestros pies han dejado de pisar el suelo de lo terrenal. Todos nos dejamos llevar por Matrix y quizás estamos viviendo/imaginando una realidad alternativa alejada de la verdadera.
No es cuestión de ser más o menos soñador. A soñador y utópico no hay quien me gane. Pero hasta los más soñadores necesitamos un lugar donde apoyar los pies antes de seguir soñando.
Pertenezco a una generación que ha descubierto el magnetismo y el poder de seducción de internet, a la vez que nos posicionábamos detrás de una pancarta en una manifestación, corríamos delante de los antidisturbios y acribillábamos a “huevos y tomates” a gestores y gobernantes cuando hacía falta. Lo uno no descartaba lo otro, al contrario. Eran ejercicios de libertad de expresión igualmente dignos y complementarios, de métodos más o menos plausibles pero eficaces. La insumisión, la desobediencia civil, la objeción de conciencia, en otros tiempos movimientos denostados y condenados por la sociedad, ahora sin embargo son aplaudidos en muchos sectores que los consideran “engranaje” indispensable de la consecución de libertades en nuestro país.
El Manifiesto Abla 2010 supone un avance, una declaración de intenciones sobre un colectivo con inquietudes y con ganas de hacer algo por cambiar cosas que no funcionan, o simplemente por hacer que funcionen las cosas que no han cambiado. Al menos ese es el espíritu con el que lo apoyé y apoyo.
Pero pensar que por el simple hecho de firmar un Manifiesto, los gestores van a plegarse a estas reivindicaciones y van a dejar que el “Tsunami Dospuntocerista” tome el mando…va un mundo.
Manifiestos he firmado posiblemente más de 50 en mi vida. Unos con argumentos más pueriles, otros con causas mucho más nobles…¿saben cuántos han servido para algo, más allá del derecho a la protesta?...NINGUNO: a mi pesar, se sigue ablando el clítoris de las niñas subsaharianas, se siguen apaleando focas de manera inmisericorde en el Polo Norte, la caza de ballenas no tiene coto para los japoneses, el pueblo saharaui sigue acorralado y hostigado por el gobierno alauí al igual que los palestinos por el gobierno israelí….y por supuesto no pudimos parar la invasión de Iraq por Bush (y a esta causa recuerdo que se unió gente mucho más poderosa). No recuerdo que ningún manifiesto por su simple existencia haya cambiado el “Sistema”, si no ha ido acompañado de una acción social física, terrenal, o como quieran llamarlo. Olvídense de la “buena fe” que puedan tener los gestores de este y otros países. Ellos tienen el Poder y no van a soltarlo así por las buenas.
No quiero que pueda parecer que estoy haciendo una apología de la movilización social, ya que ni es mi cometido ni mucho menos mi intención.
Pero sí abogo por una concienciación del problema, que no se va a solucionar simplemente con la redacción, firma y promulgación de un Manifiesto; para tener la más mínima posibilidad de éxito en esta “cruzada” debemos traspasar el telón virtual y mezclar nuestro sudor internauta con el de muchos, muchísimos trabajadores que ignoran las ventajas de internet, no saben utilizar un mouse y mucho menos iniciar una búsqueda por Google. Si nos olvidamos de ellos somos los primeros que estamos dejando de ser “horizontales” y nos volvemos sectarios, elitistas e inaccesibles…todo lo contrario de lo que se pretende con el Manifiesto Abla 2010.
Capítulo aparte merecería los personalismos que aparecen en estas circunstancias y que me provocan mucha grima y recelos, pues parece que algunos pudieran estar interesados más en la satisfacción del propio ego, o en la adquisición de cuotas de poder en un terreno ahora llano y baldío, lo cual dicho de paso, además de recelo me provocaría repugnancia.
Pero como no quiero parecer agorero, aguafiestas o “cortapuntos”, quiero terminar mi exposición animando a todos y cada uno de los creadores/impulsores de esta iniciativa a no caer en los grandes peligros que acechan siempre en el nacimiento de toda gran Iniciativa Social: el autobombo, la propaganda personal, el conformismo, y por último la vinculación a algún programa político (punto éste último, que suele suponer el fin del altruismo de fondo de estas iniciativas).
Tenemos entre manos una propuesta de gran calado social, y es nuestro deber hacerlo llegar a TODOS los ciudadanos, inclusive a los que no comparten nuestra opinión. El Manifiesto SIEMPRE debe estar por encima de los intereses personales y corporativos, y sólo planteándolo desde este prisma podremos conseguir que sea dinámico, accesible a todos, benévolo, generoso y altruista. Mientras no seamos conscientes de la importancia de este documento, nos moveremos (como diría Paco de Lucía) “Entre dos aguas”, el dospuntocerismo, y el dospuntocero-escepticismo.
El camino está perfectamente marcado en el Manifiesto Abla 2010. Todo paso que demos fuera de este camino, nos condena al fracaso en esta noble empresa. No consintamos que el Manifiesto Abla 2010, pueda parecer demagogia barata. Es tarea de todos. Es nuestra obligación.
Reciban un saludo.
Alberto Puyana.