Efesios 5:19.
Un hindú y un neozelandés se encontraron en un buque misionero. Ambos habían sido convertidos del paganismo. Eran hermanos en Jesús; pero no podían hablarse porque ninguno conocía el idioma del otro. Entonces señalaron sus Biblias, y se estrecharon la mano. De pronto, una idea feliz pasó por la mente del hindú, quien con voz llena de gozo, exclamó: “¡Aleluya!” El otro rápidamente contestó: “¡Amén!” Habían podido hasta hablarse, usando del lenguaje celestial.
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