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UP – Los Valores (en las Organizaciones) marcan la Diferencia

Publicado el 22 enero 2010 por Eandres

Hasta la fecha Pixar ha realizado 10 largometrajes: Toy Story (1995), Bichos (1998), Toy Story 2 (1999), Monstruos (2001), Buscando a Nemo (2003), Los Increíbles (2004), Cars (2006), Ratatouille (2007), Wall-E (2008) y Up (2009).
Todas ellas podrían clasificarse entre “muy buenas” y “obras maestras” (para mi gusto entre estas últimas estarían Toy Story, Bichos, Nemo, Increíbles y Wall-E).
¿Y qué hace, por tanto, que Up sea, al menos, “muy buena”. Pues probablemente un conjunto de elementos: Carl, el personaje central de la historia, un “abuelete” cascarrabias y encantador experto en globos; el niño “abandonado” por sus padres, repelente y encantador a partes iguales; una mujer ausente que está muy presente en la vida de nuestro protagonista principal y que es un encanto de principio a fin; un entorno real, por una parte, y fabuloso (“de fábula”) por otro, un “lado oscuro” bien llevado (un aventurero explorador que va dando paso a un personaje siniestro) … Todo ello convenientemente ensamblado, probablemente a partes iguales entre arte y tecnología (“espléndida”, como diría un amigo mío, la parte inicial que describe en tono minimalista la relación de Carl con su futura media naranja, dicho esto último casi en sentido literal).
Dicho esto, ¿cabría sacar alguna conclusión desde el punto de vista de los recursos humanos? Escribiendo estas líneas me viene a la cabeza un clásico: Star Wars. Como ha dicho George Lucas en repetidas ocasiones, la saga es, en realidad, la historia de Anakyn Skywalker y su “alter ego” Darth Wader. En la historia se muestra que hay una fina línea que separa “la fuerza” del “lado oscuro”.
Pues en Up podríamos hacer la misma analogía. Comparados los personajes de Carl y del explorador aparentemente podrían tener claves similares de actuación (medios disponibles aparte): los dos parecen “aventureros”, los dos parecen preocupados por su entorno, los dos parecen buscar y ofrecer lo mejor de sí … Y, probablemente, la analogía pudiera seguir en las situaciones de crisis (pérdida de la pareja, por una parte, no encontrar “el eslabón perdido”, por otra). Hasta aquí estaríamos en las coincidencias “aparentes”.
Y digo aparentes porque sólo vemos la parte externa de los personajes, les estamos juzgando por lo que vemos a simple vista (los resultados a corto plazo, si se me permite la traslación).
Ahora bien, cuando se presenta una ocasión determinada (el encontrar “el eslabón perdido”) ambos actúan de forma muy diferente. Vemos, a partir de ahí, que ambos están hechos de materiales distintos. Para Carl no todo vale a la hora de conseguir un fin. Carl manifiesta unos valores de los que carece su “contrincante” y vemos que, gracias a ellos, el resultado final (“a largo plazo”) es más positivo.
Y ahí estaría el centro de la reflexión (y, por ello, el título de este comentario): los valores. Desafortunadamente, en las organizaciones hoy en día trabajamos poco los valores que han de presidir todas nuestras actuaciones.
Sirva Up, también, para recordarnos a los que estamos inmersos en la gestión y el desarrollo de los recursos humanos, que los valores han de ser “un eje transversal” de todas las políticas y actuaciones de recursos humanos.

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